MADRID, 17 (EUROPA PRESS)
El Programa Mundial de Alimentos (PMA) ha confirmado que el primer convoy de camiones con ayuda alimentaria ha entrado en la región etíope de Tigray (norte), cerca de dos semanas después de que el Gobierno y el Frente Popular para la Liberación de Tigray (TPLF) acordaran un cese de hostilidades que implicaba un pacto para la entrega de ayuda en la zona, sumida en una grave crisis humanitaria a causa del conflicto.
“En Etiopía, camiones del PMA están circulando hacia Tigray con ayuda alimentaria crítica. Es el primer movimiento desde la firma del acuerdo de paz”, ha dicho el organismo a través de un mensaje en su cuenta en la red social Twitter. “Asistencia alimentaria crítica será entregada a las comunidades en los próximos días. Más cargamentos como comida, nutrientes y medicinas vendrán después”, ha agregado.
El Comité Nacional de Etiopía para la Prevención de Desastres facilitó durante la jornada del miércoles una serie de directrices para la organización de la entrega de ayuda humanitaria en la región y reconoció que el nivel de personas que necesitan ayuda en el país africano “es alto”, según ha recogido la cadena de televisión etíope Fana.
El vice primer ministro y ministro de Exteriores etíope, Demeke Mekonnen, jefe del organismo, resaltó que la ayuda beneficiará no sólo a los damnificados por el conflicto, sino también a los afectados por las sequías de los últimos años, antes de manifestado que el Gobierno está dando ayuda a los desplazados en Tigray y las adyacentes regiones de Afar y Amhara.
Así, apuntó que la presión sobre las autoridades “es alta” debido a la gran cantidad de afectados por las diversas crisis en el país e hizo un llamamiento a las organizaciones humanitarias y a los socios que “hagan lo posible para asistir a ciudadanos que necesitan ayuda”.
Delegaciones militares del Gobierno y el TPLF iniciaron la semana pasada en Kenia contactos sobre la aplicación de las cláusulas del acuerdo alcanzado el 2 de noviembre en Sudáfrica, según confirmó la Unión Africana (UA), que está llevando a cabo labores de mediación. El primer ministro etíope, Abiy Ahmed, defendió el martes que estas conversaciones “son beneficiosas” y pidió “trabajar duro para evitar problemas durante el proceso”.
“En nombre de nuestra paz y prosperidad, adoptamos la decisión de poner fin a la guerra. No hay una guerra buena y una paz mala. La guerra es mala, independientemente de quien gane”, señaló. “Hemos discutido, acordado y firmado. Ahora debemos mantener nuestra palabra haciendo realidad las promesas”, recalcó.
El conflicto en Tigray estalló en noviembre de 2020 tras un ataque del TPLF contra la principal base del Ejército, situada en Mekelle, tras lo que el Gobierno de Abiy ordenó una ofensiva contra el grupo tras meses de tensiones a nivel político y administrativo, incluida la negativa del TPLF a la hora de reconocer un aplazamiento electoral y su decisión de celebrar comicios regionales al margen de Adís Abeba.
El TPLF acusa a Abiy de azuzar las tensiones desde su llegada al poder en abril de 2018, cuando se convirtió en el primer oromo en acceder al cargo. Hasta entonces, el TPLF había sido la fuerza dominante dentro de la coalición que gobernó Etiopía desde 1991, el Frente Democrático Revolucionario del Pueblo Etíope (EPRDF), sustentada en las etnias. El grupo se opuso a las reformas de Abiy, que consideró como un intento de socavar su influencia.
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