MADRID, 15 (SERVIMEDIA)
Alrededor de 4,5 millones de personas (9,5% de la población) no pagaron facturas energéticas en fecha y 6,7 millones (14,3% de los hogares) no pudieron mantener una temperatura adecuada en sus hogares durante 2021. En el primer caso, los datos se mantienen respecto a 2020, pero en el segundo aumentó casi cuatro puntos, es decir, 1,6 millones de personas más.
Son las conclusiones a las que han llegado investigadores de la Cátedra de Energía y Pobreza de la Universidad Pontificia Comillas y que desvelaron este martes en su Informe de Indicadores de Pobreza Energética en España.
Los autores han mostrado que 2021, desde la perspectiva de la pobreza energética, fue un año de algunas luces y de una gran sombra. Menos hogares dedicaron un porcentaje desproporcionado de sus ingresos a cubrir sus gastos energéticos, pero, en contraste, muchos más hogares entraron en el oscuro abismo de la pobreza energética oculta severa.
Además, casi tres millones de hogares tienen un porcentaje de gasto en energía sobre sus ingresos netos mayor que el doble del de un ‘hogar medio’ y 2,7 millones de familias están en situación de pobreza energética, si se toma como referencia un umbral absoluto basado en una renta mínima estándar, concretamente el SMI. Estas cifras suponen una reducción media del 1,5% respecto a la situación detectada por la Cátedra en 2020.
Además, los datos indican que casi 3,3 millones de hogares dedicaron un porcentaje desproporcionado de sus ingresos a cubrir sus facturas energéticas y dos millones de hogares sufrieron pobreza oculta severa. Según la Cátedra de Energía y Pobreza, sin las medidas del Gobierno, la pobreza energética oculta severa habría alcanzado a 200.000 hogares más.
“Es posible que los ecos de Filomena y el frío que nos dejó durante casi dos semanas en amplias zonas del país calara en el subconsciente de muchos ciudadanos, pero es muy probable también que el indicador esté apuntando a una tendencia creciente en muchas familias a restringir la calefacción por miedo a la factura”, aseguró José Carlos Romero, coordinador de la Cátedra de Energía y Pobreza de la Universidad Pontificia Comillas, autor principal del informe.
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