MADRID, 15 (EUROPA PRESS)
Más de un 70% de las grandes corporaciones a nivel mundial están comprometidas con la transición climática y disponen de algún tipo de estrategia en este sentido, pero encuentran barreras a la hora de implementar dichas acciones, según el estudio Getting Going, elaborado por Oliver Wyman y la ONG medioambiental The Climate Group.
El estudio, el segundo de una serie que analiza las percepciones y acciones por parte de las empresas en el ámbito de la acción climática, recoge las conclusiones de entrevistas realizadas a los responsables de las políticas de transición climática de una treintena de grandes corporaciones mundiales de sectores diversos y los resultados cuantitativos de una encuesta a más de cien profesionales especializados en este ámbito.
Así, refleja que algo más del 30% de todos los expertos en acción climática empresarial aseguran que, si bien en sus organizaciones se ha desarrollado una estrategia a este respecto, la operativa todavía no se ha activado.
Otro 26% afirma que la estrategia ya está operativa, pero que el impacto todavía no es notable, mientras otro 20% reconoce que, si bien la transición climática es una prioridad de negocio, aún no se dispone de una estrategia para acometerla.
Por otra parte, según el informe, un 14% señala que en sus organizaciones ya se está observado un impacto significativo de la implementación de su estrategia climática. Por el contrario, un 8% confiesa que la transición climática no ha sido identificada como una prioridad de negocio en su compañía.
En este sentido, la directora ejecutiva de Clima y Sostenibilidad de Oliver Wyman, Pepa Chiarri, ha incidido en que el testimonio de las corporaciones participantes en el informe “pone de manifiesto la relevancia de liderar la transición climática partiendo de unas líneas estratégicas claras”.
“Su importancia puede parecer obvia, pero en ocasiones la presión de los distintos stakeholders ha favorecido la fijación de métricas antes del diseño de una estrategia de medio y largo plazo para abordar la transición”, ha agregado.
ACUSACIONES DE ‘GREENWASHING’, POSITIVAS
Por otro lado, el estudio desvela que la presión que ejerce la opinión pública y las acusaciones de ‘greenwashing’ tienen un impacto ligeramente positivo y lleva a las empresas a replantearse sus acciones contra el cambio climático.
En concreto, las grandes corporaciones que han participado en el estudio reconocen que lo que más ha aumentado es su disponibilidad a la transparencia (52%); seguido de un mayor énfasis en la comunicación abierta a la opinión pública (49%), y, en tercer lugar, la fijación de unos objetivos climáticos más ambiciosos (48%).
En el lado opuesto, lo que resulta menos impactado por la presión de la opinión pública es el compromiso de los accionistas e inversores. Así, un 57% de los encuestados reconoce que no se han producido cambios en este aspecto y un 23% incluso afirma que este compromiso se ha reducido.
En cuanto a las barreras que describen los profesionales encuestados, la mayoría no están vinculadas a cómo poner en práctica los compromisos de sus empresas con la acción climática.
Según los participantes en el estudio, la principal barrera identificada es hacer frente a la medición y reducción de las emisiones de Alcance 3 a lo largo de toda la cadena de suministro, seguida de los elevados costes iniciales y la dificultad de que, financieramente, la transición climática encaje en el negocio. Por otra parte, los expertos destacan las dificultades para escalar las iniciativas de descarbonización.
Frente a estas barreras, Oliver Wyman y The Climate Group han creado una herramienta de diagnóstico para ayudar a las corporaciones a identificar en qué momento de su transición climática se encuentran, de manera que puedan dar el siguiente paso.
La herramienta se basa en la estrategia y se articula en torno a cuatro palancas: ayudar a captar la atención y hacer que la acción por el clima sea relevante para el negocio y proporcione objetivos positivos; hacer que una visión sea significativa y creíble; aportar alcance, escala y coherencia a la operativa, y proporcionar objetivos aplicables tanto a personas como a departamentos.
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