PALMA, 4 (EUROPA PRESS)
Las Unidades de Conductas Adictivas (UCA) y Proyecto Hombre han detectado un incremento de la media de edad de las personas atendidas por adicciones a sustancias y comportamentales y advierten que estas personas presentan patrones diferenciados de los más jóvenes con necesidades específicas de abordaje.
Es una de las conclusiones del estudio ‘Personas mayores en tratamiento por consumo de drogas y adicciones comportamentales en Baleares’, incluido en el ‘Anuario del Envejecimiento’ de la Universitat de les Illes Balears (UIB), que se ha presentado este jueves en Palma.
El estudio de Victòria Quesada, María Valero de Vicente, Albert Moratinos, Sergi Canal y Xavier Bonet insta a reflexionar sobre los servicios de atención y tratamiento ya que se prevé un incremento de la demandas en los próximos años.
La investigación recuerda que el aumento de la esperanza de vida también implicará un aumento de la demanda de servicios especializados en problemas de consumo de drogas entre la población más mayor.
Tras analizar los datos proporcionados por las UCA y Proyecto Hombre en 2021, los expertos señalan que un total de 488 personas de más de 55 años recibieron algún tratamiento o atención (29,7% mujeres y 70,3% hombres).
El alcohol es la sustancia por la que recibieron tratamiento más usuarios que tienen más de 55 años, tanto hombres como mujeres. Así, el tratamiento por alcohol como adicción principal supone el 62,9% de los casos, de los cuales el 65,15% son hombres y un 34,8%, mujeres.
La segunda adicción en cuanto a porcentaje de usuarios en tratamiento es la heroína, con un 21,3%, entre los cuales predominan claramente los hombres (el 78,5% de hombres y un 21,15% de mujeres).
Y la tercera, la cocaína, con un número mucho más reducido, puesto que es la adicción principal de un 8,4% de las personas grandes en tratamiento, el 95,1% de las cuales son hombres y un 4,9%, mujeres.
Destaca también por su prevalencia estimada en la sociedad la adicción a los hipnosedantes y las adicciones comportamentales, que incluyen la ludopatía, el sexo, las compras compulsivas y las TIC.
La investigación apunta también que a las personas que presentan trastornos por consumo de sustancias y/o conductas adictivas les cuesta reconocer el problema, en parte a causa del estigma que implica. Esta situación se agrava cuando se trata de personas mayores, y más especialmente si son mujeres.
Los expertos instan a visibilizar la problemática de estos usuarios y ser sensibles a las necesidades específicas de esta etapa evolutiva, ya que se tienen que adaptar los programas a sus características.
En este proceso, recuerdan se tendrá que tener en cuenta que, en muchos casos, las personas de más de 55 años que reciben tratamiento están fuera de los procesos productivos, por edad o por enfermedad.
Además, añaden, es necesario considerar la formación específica en atención a las adicciones para el personal de las residencias y centros de día para gente mayor.
El envejecimiento de la población con trastornos por consumo de sustancias hace que cada vez lleguen más a estos servicios y con necesidades muy específicas.
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