MADRID, 08 (SERVIMEDIA)
El consejero delegado de Endesa, José Bogas, reveló este martes que la compañía estima un impacto negativo de 400 millones de euros anuales si finalmente se aprueba el impuesto a las energéticas en los términos planteados por el Gobierno.
Así lo señaló Bogas durante la presentación de los resultados de la compañía entre enero y septiembre de 2022, periodo en el que registró un beneficio neto de 1.651 millones de euros, un 13,2% más que en 2021.
Bogas, quien reiteró su rechazo a esta nueva figura impositiva que actualmente sigue pendiente de su tramitación en el Congreso de los Diputados, denunció que “es contraria al espíritu de la Comisión Europea”.
En todo caso, destacó que la compañía mantiene sus objetivos financieros aunque se acabe aprobando el impuesto. En 2022, Endesa espera obtener un beneficio bruto ordinario de 1.800 millones, cifra que se elevaría hasta los 2.000 millones en 2024.
Este indicador es el que utiliza Endesa para fijar su dividendo. Entre 2022 y 2024 ha fijado un pay out del 70% del beneficio bruto ordinario, que hasta septiembre ascendió a 1.469millones, un 0,7% más que en 2021.
Según lo establecido por el Gobierno, el impuesto a las compañías energéticas gravará su cifra de negocios anual con un tipo del 1,2%. El objetivo es que este nuevo impuesto esté en vigor en 2023 y 2024.
La previsión del Gobierno es recaudar 2.000 millones de euros al año con este impuesto a las compañías energéticas, de los que el 20% sería portado por Endesa.
En relación con los resultados, bogas explicó que “el deterioro del escenario macroeconómico no ha mostrado ningún signo de mejora en el tercer trimestre del año” y destacó que “en esta coyuntura, el sólido comportamiento de nuestro negocio liberalizado es una muestra clara de cómo el modelo de empresa verticalmente integrada nos permite superar las dificultades””.
Además, recordó que la Junta General Extraordinaria a celebrar el 17 de noviembre aprobará medidas operativas y financieras con carácter preventivo que “nos facilitarán la flexibilidad necesaria en caso de que se produzcan en el corto plazo nuevas situaciones de volatilidad extrema en los mercados energéticos”.
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