MADRID, 8 (EUROPA PRESS)
Naciones Unidas ha mostrado este martes su “grave preocupación” por los recientes bombardeos y ataques con artillería contra campamentos de desplazados internos en la provincia siria de Idlib (noroeste), que se saldaron con al menos siete civiles muertos y cerca de 30 heridos.
Jeremy Laurence, portavoz del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, ha indicado que existen “signos preocupantes de un nuevo repunte de las hostilidades” en esta zona del país y ha indicado que entre los fallecidos hay cuatro niños.
“El repunte de los combates y el regreso a la violencia es motivo de alarma. Como en escaladas previas, los civiles son los que están pagando un precio inaceptable en términos de pérdida de vida, reducción del acceso a servicios básicos, destrucción de infraestructura esencial y exposición a nuevos desplazamientos”, ha denunciado. Así, ha resaltado que esta situación “está exacerbada por las duras condiciones climatológicas, la mala situación humanitaria y económica y un brote de cólera en la zona”.
Los combates desde octubre, que implican a varias partes, incluida la coalición yihadista Hayat Tahrir al Sham (HTS) y grupos armados afiliados a Turquía, ha desatado las alarmas sobre una posible expansión de las hostilidades, incluso hacia la ciudad de Idlib, capital de la provincia.
La ONU ha resaltado que estas preocupaciones “se materializaron” el 6 de noviembre, cuando fuerzas progubernamentales realizaron ataques contra varias zonas de la provincia, incluidos diversos campamentos de desplazados. Entre las instalaciones afectadas figura el campamento de Maram, que cuenta con una gran cantidad de población desplazada.
Los ataques han provocado el desplazamiento de 400 familias, por lo que Laurence ha sostenido que “es esencial que las partes en conflicto cumplan de forma estricta sus obligaciones bajo el Derecho Humanitario a la hora de evitar alcanzar a la población civil y objetos civiles durante las hostilidades”.
“Deben adoptar todas las precauciones posibles para evitar, o al menos minimizar, la pérdida de vida de civiles, heridas a civiles y daños a objetos civiles”, ha dicho el portavoz del organismo, que ha incidido en que este asunto “no es negociable”.
Por ello, Laurence ha hecho hincapié en que “el hecho de que varios campamentos de desplazados densamente poblados fueran alcanzados durante ataques que parecen haber sido llevados a cabo sin tener en cuenta su impacto letal sobre los civiles es motivo de una gran preocupación”.
“Recalcamos ante todas las partes en conflicto que los ataques indiscriminados están prohibidos por el Derecho Humanitario y que, dependiendo de las circunstancias, podrían equivaler a crímenes de guerra”, ha zanjado el portavoz del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos.
La provincia de Idlib y zonas de las de Alepo y Hama se encuentran en manos de varios grupos armados, el más importante de los cuales es HTS. El Gobierno de Siria, respaldado por Moscú, ha defendido que la ofensiva es parte de su lucha contra el terrorismo en el país.
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