LOGROÑO, 7 (EUROPA PRESS)
CSIF ha criticado el “lamentable estado del habitáculo que los médicos de refuerzo de Logroño y las DUEs del servicio de urgencias de atención primaria de Logroño (SUAP) tienen para sus momentos de descanso durante las guardias”.
Estos profesionales “son quienes prestan atención sanitaria urgente en los domicilios de los 150.000 habitantes de Logroño desde las 21 horas de un día a las 8 del día siguiente los días laborales y las 24 horas de los sábados, domingos y festivos”. Además, también atienden presencialmente las urgencias que llegan al CARPA desde las 21 horas a las 8 de la mañana siguiente todos los días del año, así como las crecientes urgencias que surgen en residencias de ancianos y centros de atención socio-sanitaria.
La mayoría de su jornada laboral la desarrollan en jornadas de 24 horas “ininterrumpidamente”. CSIF ha criticado “reiteradamente los colapsos que se han producido en los servicios de urgencias por falta de personal”. A la “falta de personal se suman unas condiciones de habitabilidad del lugar de trabajo lamentables”.
CSIF ha constatado que los lugares de descanso “son indignos”. “Si entre urgencia y urgencia, estos profesionales que trabajan 24 horas seguidas, pueden descansar un rato, las condiciones para ello son lamentables, llegando a tener que descansar en el baño para buscar un poco de tranquilidad”.
El Gobierno “se dedica a publicitar el incremento del presupuesto en Atención Primaria, las inversiones en tecnología, en vehículos, pero derechos básicos de los trabajadores como tener un lugar en el que desarrollar su trabajo que cumpla las condiciones de seguridad y salud, eso no vende tanto”.
CSIF exige a la Administración riojana que evalúe los riesgos psicofísicos de estos puestos de trabajo y otros de características similares y que “de forma urgente, no parece muy difícil, proporcione a sus trabajadores unas condiciones ambientales de trabajo dignas”.
Si la Consejera de Salud, en vez de” inaugurar cualquier pantano”, se pasara a ver in situ las condiciones en las que se desarrolla el trabajo, al menos se sonrojaría al ver el maltrato al que somete a “sus trabajadores” y quizá se dignara a proporcionarles un espacio habitable para trabajar.
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