MADRID, 03 (SERVIMEDIA)
El Pleno del Congreso de los Diputados aprobó este jueves con la oposición de varios partidos la reforma de Ley del Deporte, que permitirá por primera vez la participación de selecciones autonómicas en competiciones internacionales de disciplinas con “arraigo histórico y social”.
El texto, del que hoy se aprobaron dos enmiendas del PDeCAT y una transaccional de Esquerra Republicana, continuará su tramitación parlamentaria en el Senado. El hecho de que la norma no haya sido avalada con un respaldo más amplio fue criticado por los portavoces del PP, Vox, Ciudadanos y Foro, algunos de los cuales consideró “triste” que la actual Ley del Deporte, que data de 1990, vaya a ser reemplazada por otra sin un mayor consenso.
El debate en la Cámara Baja fue presenciado desde la tribuna del hemiciclo por el secretario de Estado del Deporte, José Manuel Franco, entre otros.
Una enmienda pactada previamente en la Comisión de Cultura y Deporte por el PSOE y el PNV indica que las selecciones deportivas autonómicas podrán participar en el extranjero si la federación internacional correspondiente contempla su participación “en el caso de modalidades o especialidades deportivas con arraigo histórico y social” en la comunidad autónoma o si la federación regional hubiera formado parte de una federación internacional “antes de la constitución de la federación española correspondiente”.
“En tales supuestos, la participación de la federación deportiva autonómica en competiciones oficiales internacionales se producirá previo acuerdo con el Consejo Superior de Deportes. Tal acuerdo conllevará el apoyo conjunto a la integración de la federación autonómica en la federación internacional”, añade.
Según los peneuvistas y EH Bildu, esta novedad legislativa afectaría a la pelota vasca y al surf. Con ello, se materializa un punto del acuerdo de investidura firmado en diciembre de 2019 por el secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, y el presidente del PNV, Andoni Ortuzar, y que contribuyó a que aquél fuera elegido presidente del Gobierno en enero de 2020. Ese texto aludía a “abrir cauces para promover la representación internacional de Euskadi en el ámbito deportivo y cultural”.
Pero esa enmienda transaccional suscitó el rechazo a la ley del PP, Vox, Ciudadanos, UPN y Foro, por entender que solo las selecciones españolas deben competir en torneos internacionales, así como de EH Bildu, Junts y BNG al considerar que no es suficiente porque no se permiten los combinados autonómicos en deportes que no tengan “arraigo histórico y social”.
“ESCRITO DESDE EL PRIMER DÍA”
Ese aspecto se conoció la semana pasada mientras LaLiga y 39 de los 42 clubes de fútbol de Primera y Segunda División (todos salvo el Real Madrid, el FC Barcelona y el Athletic) amenazaron con una huelga si no se atendían sus demandas en cuanto a la explotación comercial de los derechos televisivos, entre otros aspectos.
“Todo iba fenomenal hasta que el Poder Ejecutivo entró a aplastar al Poder Legislativo. El Gobierno de Sánchez rompió la armonía parlamentaria cuando la ley la ha querido pactar con el Partido Nacionalista Vasco y con Bildu en vez de con otros partidos, teniendo la posibilidad de haber alcanzado un acuerdo histórico y todo ello para dar representación internacional a las selecciones vascas de pelota”, comentó Javier Merino, del PP.
Según Merino, abrir la puerta a las selecciones vascas en algunos deportes en competiciones internacionales “estaba escrito desde el primer día”, pero el Gobierno “tenía miedo al ruido mediático que podía generar”, con lo que diseñó “una muy buena estrategia” que era “crear un conflicto mayor para tapar este”, en alusión al que soliviantó a la mayoría de los equipos profesionales de fútbol.
José Ramírez, de Vox, calificó esta novedad legislativa de “salvajada” y acusó a los socialistas de aliarse con los “delirios” de “los que públicamente buscan romper España”.
Guillermo Díaz, de Ciudadanos, indicó que la ley sumaba “muchos apoyos”, pero estos se redujeron al llegar el PNV con su “narcisismo de siempre” para que selecciones autonómicas compitan en el extranjero en deportes con arraigo histórico y social. “Es decir, allí donde hay nacionalismo”, apostilló.
Por el contrario, Juan Luis Soto, del PSOE, destacó que la ley introduce cambios fruto del “diálogo” y el “acuerdo” con “todas” las fuerzas parlamentarias salvo Vox, y con ella “España no se rompe”, sino que supone “una herramienta de cohesión social y territorial” en zonas rurales y “saca la tarjeta roja” al racismo, la xenofobia, la intolerancia y la “Lgtbifobia” en el deporte.
“Esta ley es la Ley del Deporte de la inclusión en el deporte y lo digo con orgullo: no hay ley en el mundo que contemple tantos avances para las personas con discapacidad en el deporte y no hay ley en el mundo que luche contra la pobreza infantil también a través del deporte. Y quiero dar las gracias expresamente al Cermi, al Comité Paralímpico y a la Fundación Pau Gasol”, añadió.
La norma también promueve la igualdad entre hombres y mujeres, impulsa el Estatuto del Deportista, reconoce el derecho a la conciliación y a la lactancia e iguala los premios y las primas en selecciones nacionales masculinas y femeninas, según Soto.
Por otra parte, el Congreso introdujo otras modificaciones en el texto enviado por el Gobierno. Así, los cambios que propongan las federaciones deportivas españolas en competiciones oficiales deberán contar con “el informe previo y favorable” de la liga profesional correspondiente.
Además, reconoce la pelota valenciana como deporte e introduce la llamada ‘cláusula anti-Piqué’ para que ninguna federación mantenga relaciones comerciales con deportistas en activo que puedan participar en competiciones estatales organizadas por esas organizaciones federativas.
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