MADRID, 02 (SERVIMEDIA)
“Uno de cada tres adolescentes podría estar siendo víctima de acoso escolar y dos de cada diez podrían estar siendo víctima de ciberacoso, algo que, entre otras consecuencias, impacta en su salud y bienestar mental”, según el informe ‘Impacto de la tecnología en la adolescencia. Relaciones, riesgos y oportunidades’.
Los datos de ese informe, publicado en 2021, fueron recordados este miércoles por Unicef España con motivo del Día Internacional contra la Violencia y el Acoso en la Escuela.
Unicef incidió en la importancia de la figura del coordinador de bienestar y protección para prevenir y detectar la violencia en el ámbito escolar.
En esa línea, señaló que solo el 3,3% de los adolescentes diría que está sufriendo acoso escolar y un 2,2% diría que es víctima de ciberacoso. Algunos de los principales motivos que lo desencadenan son “el físico”, “ser diferente”, o simplemente porque “era una broma”, aseguraron desde la organización.
Asimismo, apuntaron que los niveles de bienestar emocional, integración social y satisfacción con la vida son sensiblemente menores entre quienes sufren acoso escolar. Las tasas de depresión grave llegan a multiplicarse por cinco, y las de ideación suicida por cuatro.
“El coordinador de bienestar es una figura que tiene un rol clave a la hora de la prevención de los casos de acoso y violencia”, afirmó José María Vera, director ejecutivo de Unicef España, ya que más de la mitad de los casos la situación de acoso se prolonga meses, o incluso más de un año.
Al menos uno de cada cuatro (un 27,3%) tarda más de un año en contarlo o no llega a contarlo nunca. Los padres son el principal interlocutor al que los adolescentes acuden, seguido de los amigos.
Según la Ley Orgánica de Protección Integral a la Infancia y la Adolescencia frente a la Violencia (Lopivi) se ha empezado a implantar en el presente curso escolar la presencia de estos profesionales.
Unicef España puso en valor la figura del coordinador de bienestar para favorecer la coordinación entre profesorado, alumnado y progenitores, ser el referente principal para que los niños y adolescentes comuniquen posibles casos de violencia, así como informar a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado de las situaciones que supongan un riesgo potencial para un menor.
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