MADRID, 1 (EUROPA PRESS)
El ex primer ministro Lokke Rasmussen, quien puede tener la llave de la gobernabilidad en el próximo nuevo Gobierno de Dinamarca, se ha mostrado satisfecho con las primeras proyecciones tras las encuestas a pie de urna, que no contemplan mayorías.
Los resultados proyectados de las elecciones generales convocadas de forma anticipada descartan mayorías en los bloques conservador y de izquierdas, por lo que la actual primera ministra socialdemócrata, Mette Frederiksen, solo puede asegurar un nuevo mandato de cuatro años a través de Rasmussen, que no ha dicho a quién apoyará.
“Si las previsiones se mantienen con aproximación, entonces este pequeño partido nuevo en el Folketing llegará de una manera en la que se sentirá la diferencia”, ha dicho Rasmussen, según ha recogido el diario ‘Jyllands Posten’.
Las encuestas a pie de urna publicadas por las emisoras DR y TV2 han dado al llamado bloque “rojo”, integrado por las principales formaciones políticas que conformaban el anterior Ejecutivo, entre 85 y 86 escaños, cerca de la mayoría absoluta fijada en 90 parlamentarios.
Por contra, el ‘bloque azul’ se situaría entre los 72 y 73 escaños, lastrado por la caída del Partido Popular Danés. Encuestas anteriores aseguraban que este partido caería en torno a un seis por ciento, mientras que también sufriría un descalabro Venstre, que del 21,1 por ciento de las anteriores elecciones se situaría ahora en torno al 12 por ciento de los votos.
Si estas proyecciones se confirmar, el resultado podría convertir a Rasmussen, ex primer ministro de centroderecha derrotado por Frederiksen en 2019, en la clave para formar Gobierno, con 17 diputados proyectados para su nuevo partido centrista, los Moderados, manteniendo el equilibrio del poder.
Las elecciones generales se celebran de manera anticipada después de que el Partido Social Liberal –socio de gobierno de los socialdemócratas– forzase a la primera ministra a adelantar la votación a cambio de no presentar una moción de censura.
La gestión económica del país en un momento convulso para el conjunto del viejo continente a razón de la guerra en Ucrania, sumado a un informe contrario a la gestión del Ejecutivo de la crisis de visones, sacrificados por una mutación del coronavirus, fueron los principales argumentos para las presiones de los socios de gobierno.
Así, Frederiksen finalmente accedió a comienzos de octubre a convocar elecciones generales para este martes, ocho meses antes de que expire técnicamente la actual legislatura en la que, tras los comicios de 2019, los socialdemócratas alcanzaron el gobierno con el apoyo no solo del Partido Social Liberal, sino también de la Izquierda Verde y la izquierdista Alianza Roji-Verde.
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