MADRID, 28 (EUROPA PRESS)
El jefe de Policía de la ciudad iraní de Zahedán, uno de los epicentros de la ola de protestas contra las autoridades del país, ha sido destituido después de que la investigación oficial reconociera “muertes de civiles inocentes” durante la represión policial a los enfrentamientos que estallaron en la localidad a finales del mes pasado.
Las protestas en esta ciudad, de mayoría suní, comenzaron a finales de septiembre, alimentadas por las marchas multitudinarias en el resto del país en memoria de la joven kurda-iraní Mahsa Amini, muerta bajo custodia el 16 de ese mes tras ser detenida por la Policía de la Moral al llevar puesto mal el velo.
Las marchas adquirieron un cariz especial en Zahedán, la capital de la provincia de Sistán y Baluchistán, donde la gente salió para protestar no solo por Amini, sino también contra la violación de una niña baluchí de 15 años a manos de un jefe de policía.
El peor momento de las protestas en Zahedán ocurrió el llamado Viernes Sangriento, el 30 de septiembre, cuando según ONG la represión de las fuerzas de seguridad dejó más de 90 muertos en la ciudad. Ese día, unas 150 personas lanzaron una protesta contra la comisaría 16 de la ciudad, próxima a una mezquita, en memoria de la adolescente violada.
Si bien la investigación, siguiendo la línea oficial iraní, responsabiliza a “alborotadores y pistoleros” de incrementar la tensión y de intentar asaltar la comisaría, la evaluación también concluye que “los disparos de las fuerzas policiales” en reacción a la marcha “provocaron las heridas y la muerte de varios ciudadanos inocentes, transeúntes que no jugaban papel alguno en estos disturbios”.
En este sentido, el Consejo de Seguridad de Sistán y Baluchistán ha reconocido “negligencia por parte de algunos oficiales” y prometido indemnizaciones para las familias de las “víctimas inocentes”, así como acciones legales contra los involucrados.
Junto al jefe de Policía de la ciudad también ha sido destituido el responsable de la comisaría amenazada por su exagerada respuesta a las protestas, según el comunicado de las autoridades iraníes recogido por la agencia semioficial de noticias Tasnim. En la misma nota, el Gobierno local fija en 35 los fallecidos durante los disturbios en esta ciudad, lejos del balance de los activistas humanitarios iraníes.
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