VALÈNCIA, 26 (EUROPA PRESS)
El Consell Valencià de Col.legis Veterinaris (CVCV) ha propuesto que se incluya en la Ley de Protección, Bienestar y Tenencia de animales de compañía la identificación obligatoria para gatos y hurones, al igual que para perros, con el objetivo de frenar el abandono de estas especies.
Desde la entidad han señalado en un comunicado que “existen sobradas razones científicas, técnicas o jurídicas para establecer la identificación obligatoria de las tres especies”. La presidenta de la entidad, Inmaculada Ibor, ha señalado que sin esta normativa, será “imposible erradicar el abandono de animales de compañía”.
Además, “se asumirán riesgos sanitarios innecesarios derivados de la falta de censos para llevar a cabo el control de las zoonosis o de las enfermedades emergentes que pudieran surgir en las que gatos o hurones (no obligados a identificar) puedan actuar como reservorios o transmisores”, ha considerado.
La identificación obligatoria de estas dos especies es una medida “largamente reivindicada que, en la práctica totalidad de regiones en las que se ha producido en los últimos años un cambio normativo en este terreno, sí ha sido atendida”.
Madrid, Cataluña, Murcia, la Rioja, Navarra y Castilla-La Mancha ya lo han hecho; Andalucía y Asturias han ampliado la identificación de perros a gatos y otros países de nuestro entorno -como Francia y Portugal- también obligan a microchipar y registrar a estos tres animales.
“La identificación de gatos y hurones, como ya ocurre con los perros, permitiría localizar rápidamente a los dueños y recuperar al animal perdido o incluso depurar responsabilidades en el caso de que se hubieran desentendido de él o hubiera sospecha de maltrato”, ha señalado Ibor.
De hecho, ha indicado que “si no se identifican los gatos, el control poblacional de las colonias a través de campañas de captura, esterilización y retorno –que también fomenta esta Ley– se vería comprometido por aquellos felinos domésticos que son abandonados, se pierden o pasean solos, provocando que el número de animales de la colonia pueda incrementarse”.
RECUPERACIONES Y RAZONES SANITARIAS
Según datos de la Red Informática Valenciana de Identificación Animal (Rivia), en 2021 se presentaron 1.435 denuncias por robo o pérdida de un perro, de las que se resolvieron 1.289, el 89,82%. Desde el colegio apuntan que “las recuperaciones reales gracias al chip serían muchas más porque en la mayor parte de casos no se denuncia y el can es recuperado en sólo horas, al poco de leer del chip los datos del nombre y dirección del dueño”.
Sin embargo, al no ser obligatoria para gatos, en ese mismo año, sólo se presentaron 165 denuncias de este tipo y sólo se localizó al titular del felino en 66 ocasiones.
Además, según el colegio, existen “importantes razones sanitarias, vinculadas a la salud pública, así como legales que aconsejarían introducir este requisito”.
La normativa comunitaria establece que la fecha de administración de la vacuna antirrábica no sea anterior a la de aplicación del transponder de identificación. En tanto en la Comunitat Valenciana es obligado inmunizar contra este virus a perros, gatos y hurones, también debiera serlo identificarlos.
En idéntico sentido podría hablarse de la Leishmania, otra enfermedad que puede contagiarse a personas y animales mediante la intervención del mosquito flebótomo, que es también la zoonosis de declaración obligatoria más diagnosticada por los veterinarios y cuya incidencia en humanos viene creciendo en los últimos años exponencialmente.
OTROS ASPECTOS
El CVCV está preocupado por algunos aspectos puntuales del articulado de esta Ley. En este sentido, los veterinarios reclaman que se clarifique qué sujeto debe llevar a cabo la identificación y/o esterilización obligatoria de un animal, si el responsable legal o el responsable temporal.
Asimismo, el CVCV ha rechazado que los veterinarios clínicos “tengan que realizar funciones de control o denuncia de posibles incumplimientos en materia de identificación” ya que a los veterinarios autorizados o colaboradores del RIVIA “no se les reconoce como autoridades competentes y porque, además, actuar de tal manera podría provocar el efecto contrario al que se pretende: los propietarios no acudirían a las clínicas por miedo a la denuncia, por lo que los animales quedarían desatendidos o incluso podrían abandonarse”.
En el terreno de los problemas conductuales, el CVCV reclama también que se distinga entre el veterinario –único profesional cualificado para el diagnóstico y la prescripción de los tratamientos farmacológicos y para la modificación de la conducta que procedan en cada caso– y los educadores o adiestradores –profesionales formados para poner en práctica esos tratamientos e indicaciones prescritos así como para realizar actividades genéricas de educación y adiestramiento en animales sanos–. En caso de mantener esta confusión terminológica el CVCV alerta de que la norma podría “acabar por fomentar el intrusismo”.
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