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Sanidad considera que el riesgo de transmisión de poliovirus en España es “muy bajo” aunque no descarta su introducción

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MADRID, 25 (EUROPA PRESS)

Aunque la probabilidad de introducción de poliovirus (PV) en España es considerable, el alto nivel de inmunidad minimizaría la posibilidad de circulación de la poliomielitis en la población, señala el Ministerio de Sanidad que considera que, “en la actualidad”, el riesgo de trasmisión es “muy bajo”.

“Las altas coberturas de vacunación, la calidad de los sistemas de vigilancia y la alta capacidad de detección y respuesta a posibles eventos relacionados con poliovirus en nuestro país, junto con los elevados estándares de saneamiento ambiental, hacen que el riesgo de transmisión en España se considere muy bajo”, afirma un informe publicado este martes al que ha tenido acceso Europa Press.

Si bien, Sanidad recomienda reforzar las actividades de vigilancia y mantener óptimas coberturas de vacunación, así como una buena coordinación entre todos los actores y componentes que forman parte del Plan de Acción de España para la Erradicación de la Poliomielitis.

“Mientras haya circulación del poliovirus en el mundo y se continúen utilizando vacunas de cepas atenuadas (VPO), existe la posibilidad de introducción de PVS, vacunales o PVDV en España”, explica, advirtiendo que, dada la situación epidemiológica y el descenso de la cobertura de vacunación a nivel internacional, y el descenso de la sensibilidad de los sistemas de vigilancia en los últimos años 10 en España, “es importante poner el foco en la coordinación entre todos los componentes que forman parte del Plan de Acción de España para la Erradicación de la Poliomielitis”.

Además, apuesta por el mantenimiento y fortalecimiento de los sistemas de vigilancia de poliovirus para la detección temprana, desarrollando sistemas de vigilancia en aguas residuales, aumentando la concienciación entre el personal clínico, especialistas de microbiología clínica, de salud pública y otros profesionales con un papel en este sistema, y manteniendo unas altas coberturas de vacunación.

El informe ‘Riesgo asociado a la importación de poliovirus enEspaña tras la reciente identificación de casos de poliomielitis y la detección de poliovirus en aguas residuales en países de nuestro entorno’ recomienda reforzar los sistemas actuales de vigilancia ambiental; continuar monitorizando las coberturas de vacunación a nivel nacional y en las CCAA, incluida la identificación y actuación sobre posibles bolsas de población susceptible; y que todas las personas, especialmente la población infantil, tengan al día las vacunaciones recomendadas en el calendario común de vacunación.

LA POLIOMIELITIS EN ESPAÑA

En 2022, hasta el 13 de septiembre, en todo el mundo se han notificado 23 casos de parálisis flácida aguda PFA por poliovirus salvaje tipo 1(PVS1)(en los países endémicos), 315 casos por poliovirus derivado de la vacuna tipo 2 (PVDV2c), 16 casos por PVDV1c, y 1 caso por PVDV3c (el primero desde 2018). Dada la situación actual a nivel global y sus implicaciones, Sanidad ha considerado realizar una evaluación del riesgo asociado a la importación de poliovirus en España.

España se encuentra “libre de poliomielitis” desde que se notificaron los dos últimos casos autóctonos de PVS en un brote en 1987 y 1988 en población no vacunada. En los últimos 30 años se han identificado sólo cuatro casos de poliomielitis paralítica en España, todos asociados a PV vacunales o derivados de la vacuna, y ninguno de ellos se asoció a transmisión en la población.

Las altas coberturas de vacunación en España de más de 95 por ciento (en primovacunación) desde el año 2000 y la rápida detección y monitorización de los contactos cercanos del caso impidió la diseminación del PV en la comunidad.

El caso más reciente ocurrió en agosto de 2021, un menor de 6 años que procedía de Senegal y había sido ingresado de manera programada en un hospital de Murcia para continuar el tratamiento por un cuadro de PFA que había debutado a comienzos de julio en Senegal. El caso evolucionó favorablemente, recibió el alta y regresó a su país de origen.

La confirmación de la presencia de un PV ocurrió, durante la búsqueda retrospectiva del mes de septiembre de casos de PFA como parte del programa de vigilancia de PFA en menores de 15 años. Lo identificó el servicio 8 de vigilancia epidemiológica de la Región de Murcia, que lo notificó a la Centro Nacional de Epidemiología (CNE). Las actuaciones de respuesta se llevaron a cabo según se contemplan en el Plan de Acción en España para la Erradicación de la Poliomielitis.

Además de los cuatro casos descritos, en 2019 se identificó PVDV de tipos 1 y 3 en una persona sin clínica, de origen pakistaní residente en Barcelona desde 2010, diagnosticado de inmunodeficiencia común variable. El paciente se había vacunado con tres dosis de vacuna (presumiblemente VPO) en su país de origen y además había recibido una dosis de VPI en España.

La hipótesis más probable de transmisión es que el caso, que no había vuelto a su país desde su llegada a Barcelona en 2010, adquiriera las cepas vacunales de su pareja, vacunada con VPO bivalente (PV1 y PV3) en Pakistán en 2017 antes de venir a residir a España; la inmunodeficiencia del paciente favoreció replicación prolongada de los virus vacunales en su organismo, dando lugar a los PVDV.

INFORMACIÓN SOBRE LA POLIOMIELITIS

La poliomielitis es una enfermedad producida por la infección por PV. Los PV son virus RNA pertenecientes al género Enterovirus (familia Picornaviridae), y existen tres tipos, PV1, PV2 y PV3. Actualmente el PV2 y PV3 se consideran erradicados (los últimos casos conocidos fueron en 1999 y 2012 respectivamente), por lo que el único del que se detecta circulación en la actualidad es el PV1.

El hombre es el único reservorio conocido para PV. Se transmite directamente de persona a persona por vía fecal-oral o vía respiratoria a través de las secreciones faríngeas. También se puede transmitir por vía indirecta a través de la contaminación fecal de agua y alimentos.

Cuando una persona se infecta, el virus replica localmente en amígdalas e intestino (placas de Peyer del íleon y los ganglios linfáticos mesentéricos) y, a partir del tercer día de la infección, se excreta en las heces. Tras la amplificación en estos lugares, el virus puede entrar en el torrente sanguíneo e infectar otros tejidos, incluido el sistema nervioso central.

Una persona infectada puede transmitir el virus a otras personas mientras lo esté excretando. El periodo normal de excreción en personas susceptibles es de 3 a 4 semanas pudiendo llegar a las 6 semanas, aunque las personas inmunodeprimidas pueden comportarse como excretoras crónicas.

Más del 90% de las infecciones por PV son asintomáticas o cursan con fiebre inespecífica, mientras que un 4-8% cursa con fiebre, malestar, cefalea, náuseas y vómitos. De forma menos frecuente (<1%) se puede manifestar como una meningitis aséptica y, en 1 de cada 200 casos, cursar con un cuadro de parálisis flácida aguda (PFA) que afecta principalmente a las extremidades, suele ser asimétrica y que, si alcanza la musculatura respiratoria, puede dar lugar a una insuficiencia respiratoria y ocasionar la muerte. La mayoría de las infecciones se producen en la infancia, en niños menores de 5 años, pero el riesgo de desarrollar parálisis aumenta con la edad y durante el embarazo. Entre un 5-10% de los casos con PFA fallecen y los supervivientes pueden quedar con secuelas permanentes. El periodo de incubación de la forma paralítica se estima entre 7 y 14 días, con un rango de 3 a 35 días (9). No existe tratamiento específico frente a la infección, aunque se están ensayado diversos antivirales. El tratamiento de soporte puede reducir la mortalidad por parálisis respiratoria y mejorar la recuperación de las secuelas.


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