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Gobierno Vasco niega que los líderes de una banda que estafaba por sms estén presos en la cárcel de Basauri

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Afirma que las limitaciones propias de la prisión complican realizar de propia mano una modalidad delictiva como el ‘phising’

BILBAO, 21 (EUROPA PRESS)

El Gobierno Vasco ha negado que los dos líderes de un grupo criminal desarticulado en Álava, que estafaba a clientes de bancos a través de ‘sms’ falsos, estén presos en la cárcel de Basauri. Tras precisar que los sospechosos se encuentran internos en las prisiones de Zaballa y Dueñas, ha aseverado que las limitaciones propias de la prisión complican realizar de propia mano una modalidad delictiva como el ‘phising’.

El Ministerio del Interior ha informado este viernes de la desarticulación por parte de la Policía Nacional de un grupo criminal organizado que estafaba a clientes de entidades financieras de todo el Estado español enviándoles mensajes ‘sms’ falsos. Compuesto por, al menos, ocho individuos, Interior ha indicado que la dirección del grupo corría a cargo de dos presos, un español y un marroquí, que “cumplen condena por otros hechos delictivos y que desde la prisión de Basauri (Bizkaia) impartían instrucciones al resto de integrantes del grupo”.

Ante esta información del Ministerio del Interior, fuentes del Departamento de Igualdad, Justicia y Políticas Sociales del Gobierno Vasco han precisado que “ninguno de los dos presos investigados estaría en la cárcel de Basauri”. Además, han apuntado que la Administración Penitenciaria vasca no ha recibido comunicación sobre la posibilidad de que internos en un centro penitenciario vasco “pudieran haber organizado o realizado actividades delictivas desde el interior de la prisión”.

En cualquier caso, la Consejería vasca de Justicia ha afirmado que la policía judicial cuenta con la “plena colaboración” de la Administración penitenciaria, “tanto más eficaz en la medida en que se comparta información de interés común”.

Tras recabar información sobre el caso, el Departamento vasco de Justicia ha logrado identificar a los internos supuestamente líderes del grupo criminal desarticulado, quienes estuvieron internos en la prisión de Basauri antes del pasado mes de junio por otros delitos.

“A uno de estos internos se le requisó una cantidad de hachís y, ante la posibilidad de trapicheo, se dispuso unas medidas de control y cacheos día sí y día no, sin encontrarle ninguna nueva cantidad. Fue trasladado por motivos regimentales a Zaballa en junio de este año, donde permanece”, ha explicado.

En cuanto al segundo sospechoso que lidera la banda, el Gobierno Vasco ha indicado que “participó en julio en un incidente en Basauri, por lo que se le regresó a primer grado y fue trasladado fuera del País Vasco a la prisión de Dueñas”.

Según ha relatado, “al parecer, en junio comienza la investigación de los casos de phising por la Policía Nacional. Sobre el 12 de julio, ésta solicita del centro penitenciario de Basauri la identificación de un interno apodado con un mote concreto. El centro identifica que con dicho apodo es conocido uno de estos dos internos, que ya no se encuentra en Basauri, sino en Zaballa”. “En julio, efectivos de la policía nacional interrogan al interno en Zaballa”, ha añadido.

Asimismo, ha señalado que “en ningún momento la policía que lleva la investigación comunica ni al centro penitenciario de Bizkaia, ni al de Álava que dicha investigación pudiera tener relación con actividades delictivas que pudieran estar realizándose desde dentro de la prisión”. “Si así se hubiera comunicado por considerarlo así la policía actuante, se hubieran podido adoptar medidas internas que coadyuvaran a dicha investigación policial”, ha agregado.

En este punto, el Departamento vasco de Justicia ha manifestado que “por lo que comunican fuentes de la investigación, la organización de la trama delictiva no habría surgido en prisión, sino que se venía desarrollando con anterioridad al ingreso en la misma y que los supuestos cabecillas habrían dejado instrucciones previamente a su ingreso en la cárcel”.

Por lo tanto, ha sostenido que “no parece que la investigación se haya centrado en que desde dentro de la cárcel se haya organizado la trama delictiva o se hayan ejecutado actividades criminales, sino que estas tenían continuidad con anterioridad”.

A todo ello ha sumado que “las limitaciones propias de la prisión complican realizar de propia mano una modalidad delictiva como el phising”. “A una de estas personas, por otros motivos, se le cachea periódicamente y a los dos se les traslada de centro hace unos meses, lo que habría dificultado la continuidad delictiva, por falta de acceso a redes o medios, aun cuando hubieran dispuesto en algún momento clandestinamente de un móvil no detectado”, ha destacado.

Del mismo modo, ha señalado que “no parece que la línea de investigación vaya por ahí, ni tampoco porque distribuyeran instrucciones a terceros a través de comunicaciones familiares o con allegados. Sobre todo porque se parte de que la trama y las instrucciones eran previas a la entrada en prisión”.

“Sólo esta percepción puede explicar que desde la policía no se haya proporcionado más información y requerido la colaboración de los centros penitenciarios, por ejemplo, interviniendo comunicaciones para comprobar si se estaban cometiendo delitos dentro de prisión”, ha concluido el Departamento de Igualdad, Justicia y Políticas Sociales del Gobierno Vasco.


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