MADRID, 21 (SERVIMEDIA)
La vicepresidenta tercera del Gobierno, Teresa Ribera, señaló este viernes que el acuerdo entre España, Francia y Portugal para crear un corredor que transporte gas e hidrógeno verde entre Barcelona y Marsella es la “solución natural” y una “muy buena noticia”, pero advirtió de que el proyecto es “susceptible de ser financiado con presupuesto europeo” y que a España no le corresponde pagarlo “en exclusiva”.
Así lo indicó en una entrevista concedida a Antena 3 y recogida por Servimedia en la que puso en valor el cambio de posición de Francia respecto al transporte de gas desde España porque es un país “enormemente europeísta” que entiende “hasta qué punto es capital diversificar las fuerzas de entrada” y “contar con una red mallada”.
En este sentido, apuntó que el proyecto está pensado para que llegue a un “esqueleto de tuberías” en las que Europa “está pensando” para poder repartir el futuro hidrógeno verde que se situarán “entre el norte de Marsella y el norte de Italia”.
Asimismo, reconoció que con Francia “no había más alternativas” ya que, además de su negativa al MidCat porque no querían que “atravesase los Pirineos”, habían descartado otro proyecto por el océano Atlántico porque no “tenía sentido” al alejarse del centro de Europa. En caso de haber mantenido la oposición, la solución iba a pasar por construir el tubo entre Barcelona y Livorno.
En cuanto a los detalles del proyecto, aseveró que las empresas que hacen este tipo de infraestructuras tendrán que hacer una propuesta que incluya elementos como el trazado, las condiciones de seguridad, el calendario temporal o el contexto de protección ambiental. “Eso es lo que empezamos ahora”, señaló Ribera, que se mostró confiada con poder presentar la propuesta en la cumbre que se celebrará en Alicante a mediados de diciembre.
Respecto al acuerdo de “mínimos” alcanzado en Europa sobre el mercado energético, Ribera aseguró que el Consejo Europeo ha proporcionado una “orientación” que los ministros de Energía europeos deben “desarrollar” y aseguró que hay algunos puntos en los que se ha avanzado “un poco más”.
Aunque alertó de que la realidad nacional “es muy diferente” entre los países europeos a la hora de afrontar la compra de gas, mostró su intención de “hacer valer nuestra capacidad de compra” y dejar claro que “no estamos dispuestos a que nos vendan gas a cualquier precio”. En este sentido, apuntó que el precio que pague un Estado miembro por el gas afecta al resto porque se convierte en la “referencia”.
La vicepresidenta tercera también quiso sacar pecho sobre la excepción ibérica destacando que España y Portugal han sido los “únicos” en poner en marcha una solución que diferencia el precio del gas y el de la electricidad. “Ha sido difícil aceptar”, señaló, añadiendo que hay Estados miembros que “están empujando a la Comisión a esta propuesta”.
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