MADRID, 20 (EUROPA PRESS)
Con motivo del Día Mundial de la Osteoporosis, la Fundación Hispana de Osteoporosis y Enfermedades Óseas (FHOEMO), junto con la Sociedad Española de Investigación Ósea y Metabolismo Mineral (SEIOMM) y la Asociación Española con la Osteoporosis y la Artrosis (AECOSAR) han reclamado un aumento del número de Unidades de Coordinación de Fracturas (FLS, por sus siglas en inglés) en España para abordar la enfermedad de forma transversal y reducir la mortalidad asociada a la misma.
“Estamos interesados en un modelo de gestión de las fracturas interdisciplinar. Las FLS son fundamentales porque permiten gestionar de forma adecuada el alta de los pacientes y que estos no salgan del sistema. Sin embargo, son una rareza en España”, ha lamentado el presidente de SEIOMM, el doctor Guillermo Martínez. Tal y como ha recordado, dado el colapso de la Atención Primaria, muchas veces las pacientes “tardan en ser visitadas, no siempre hay control, y aumenta el riesgo de segunda fractura”.
En este sentido, ha alertado de que menos del 10 por ciento de los hospitales públicos españoles cuenta con FLS. “Se ha demostrado que es coste-efectivo. Al prevenir las fracturas secundarias, consigue repercutir de forma positiva en el gasto sanitario y en la calidad de vida de los pacientes”, añade. En total, en España hay un total de 80 unidades, y 10 de ellas se encuentran en Madrid.
Tal y como añade el experto, el objetivo del clínico es identificar la enfermedad a tiempo y, especialmente, prevenir la fractura de cadera. En el primer año después del alta, estas fracturas se asocian con una mortalidad de entre el 15 y el 30 por ciento. “Estos son datos preocupantes, pero es más preocupante que tenemos datos en España del Registro Nacional de Fracturas de Cadera: menos del 50 por ciento de los pacientes reciben trabamiento farmacológico para la osteoporosis después del alta”, advierte Martínez.
En España se producen un total de 330.000 de fracturas por fragilidad al año, lo que supone una fractura cada dos minutos, 37’5 a la hora y 904 al día. Estas fracturas son la principal consecuencia de la osteoporosis grave, que afecta a casi 3 millones de personas.
De hecho, las fracturas osteoporóticas suponen la cuarta enfermedad crónica de mayor impacto y su incidencia podría aumentar un 27 por ciento en 2030 hasta alcanzar los 420.000 casos anuales debido al progresivo envejecimiento de la población. Sin embargo, el 80 por ciento de las personas que han sufrido, al menos, una fractura por fragilidad no son correctamente identificadas y, por tanto, no reciben el diagnóstico ni el manejo posterior que debieran.
LAS FRACTURAS POR FRAGILIDAD SON RESPONSABLES DE LA PÉRDIDA DE 12 AÑOS DE VIDA
Tal y como ha advertido el presidente de FHOEMO, Santiago Palacios, solo el 40 por ciento de los pacientes recupera su anterior forma de vida, autonomía e independencia y se estima que son responsables de la pérdida de 12 años de vida.
Por ello, las tres asociaciones han presentado la campaña ‘Rompe las estadísticas, no tus huesos’, con el objetivo de generar conocimiento en torno a las fracturas osteoporóticas y al impacto que tienen en la calidad de vida de las personas que las sufren. La campaña está apoyada por la difusión de un lazo de yute, representando la porosidad de los huesos y que, a partir de este año, va a convertirse en el símbolo de esta patología.
“Es necesario llamar la atención de todos los actores implicados, desde las instituciones públicas o los gestores sanitarios hasta los propios pacientes, familiares y profesionales para tomar las medidas necesarias y cambiar esta situación”, afirma el doctor Palacios.
Por su parte, el presidente de AECOSAR, Josep Vergés, ha hecho hincapié en que esta enfermedad afecta sobre todo a mujeres posmenopáusicas. “Hay muchas pacientes infradiagnosticadas, y esto tiene que ver con el rol cuidador de la mujer. Son pacientes que pueden ir por la calle, caerse y romperse un hueso”, ha apostillado.
También ha incidido en la importancia de la prevención, para lo que ha recomendado seguir una dieta mediterránea, realizar ejercicio físico desde la infancia, así como ejercicios posturales para evitar las caídas. En este sentido, ha mencionado la necesidad de contar con “espacios seguros”. “Muchas pacientes viven en sitios que no son seguros. Por ejemplo, teniendo en cuenta que un elevado número de caídas se producen en el baño, hay que cambiar las bañeras e instalar duchas”, ha comentado, si bien ha puntualizado que, precisamente por estas cuestiones, se estima que la osteoporosis afecta más a personas con un nivel socioeconómico más bajo.
En cuanto al arsenal terapéutico ha comentado que es “muy importante” individualizar. “Cada paciente es un mundo y muchos de los tratamientos son hormonas”, ha recordado. Además, también ha informado de que hay medicamentos que favorecen la osteoporosis. Por ejemplo, la cortisona, de forma crónica, puede producir osteoporosis, al igual que algunos tratamientos hormonales para el cáncer.
Por su parte, Raquel Sánchez, paciente con osteoporosis y representante de AECOSAR, explica que “es imprescindible que la sociedad sepa que las fracturas por fragilidad van ligadas a la dependencia y a una peor calidad de vida en personas que todavía podrían ser activas”. HA insistido en que los pacientes necesitan disponer de más información, atención en las distintas fases de la enfermedad y acceso a los nuevos tratamientos.
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