Se han estudiado un total de 51 especies autóctonas y 17 invasoras
GIRONA, 20 (EUROPA PRESS)
Un estudio de la Universitat de Girona (UdG) y del Leibniz-Institute of Freshwater Ecology and Inland Fisheries de Berlín (Alemania) ha demostrado cómo la tolerancia a la salinidad de determinados peces continentales ibéricos condiciona su capacidad de dispersión y, por tanto, su rango de distribución.
En el estudio –publicado en la revista ‘Journal of Biogeography– los investigadores han modelizado la distribución actual de 68 especies de peces de agua dulce de la península ibérica: 51 autóctonas y 17 exóticas invasoras, ha informado este jueves la UdG en un comunicado.
Estas especies exóticas son, en parte, responsables del declive de especies autóctonas y por tanto el estudio de las condiciones ambientales que condicionan su rango de distribución es “fundamental” para entender el proceso de invasión y poder así establecer medidas de gestión eficaces.
Los investigadores han observado que la tolerancia a la salinidad es un rasgo fundamental para entender la distribución actual de los peces de aguas continentales: los patrones de distribución de las especies estrictamente de agua dulce “difieren mucho” de los de especies con cierta tolerancia al agua salada.
Este es el caso del fartet (Apricaphanius iberus) y el salinete (A. baeticus), ambas especies endémicas en peligro de extinción, o de la gambusia (Gambusia holbrooki), una especie muy invasora ampliamente distribuida por el territorio peninsular.
A pesar de que estas especies no se encuentran en el mar, muestran una distribución más similar al de las especies migradoras o de origen marino que entran ocasionalmente en los ríos, y se pueden encontrar en las desembocaduras y tramos bajos de los ríos o en lagunas costeras.
ESPECIES
En el caso de las especies invasoras, la distribución depende además de su historial de invasión –es decir, de los puntos en los que ha sido introducida–, de factores climáticos como la temperatura o del grado de alteración del río.
Por el contrario, la distribución de las especies estrictamente de agua dulce está muy condicionada por las barreras geográficas y la incapacidad histórica de dispersarse a través del mar.
Los autores concluyen que para la conservación efectiva de las especies autóctonas de la Península Ibérica es necesario no sólo centrarse en la restauración de los hábitats fluviales y en la recuperación de su régimen hídrico natural, sino también gestionar y controlar las poblaciones de especias exóticas invasoras.
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