El VI Congreso de Agentes Forestales ha contado con la exhibición de unos perros que llegan donde los ojos y la nariz del humano no alcanza
LOGROÑO, 18 (EUROPA PRESS)
Los agentes forestales han reclamado hoy, en el marco del VI Congreso del gremio, la creación de Unidades Caninas formadas como tal que respalden el trabajo que ya realizan los perros en la lucha contra incendios o seguimiento de especies protegidas.
El agente forestal del Gobierno de La Rioja, Pablo Sarasa, ha explicado cómo el perro ha sido siempre un acompañante del agente forestal, llegando a ser “un gran auxiliar en la soledad de las montañas”, pero “nunca ha estado reconocido por las administraciones”.
Hoy en día se ha constituido unidad canina de manera oficial en Cataluña, tal y como ha relatado el coordinador del grupo especial canino del cuerpo de Agents Rurals, Lluis Pallarès, quien ha explicado que trabajan detectando acelerantes del fuego, en la detección de incendios forestales, cadáveres de fauna, cebos envenenados y seguimiento de especies protegidas.
“Lo que hacemos”, ha explicado, “es utilizar la motivación que tienen los perros por el juego para asociar el olor que nos interesa buscar y enseñarles que, cuando encuentren ese olor, nosotros vamos a jugar con ellos”.
Hay una preparación en el perro como la que realiza Marcos Fernández, instructor de Unidad Canina de la asociación Odor Naturae, que tiene entre sus fines el fomento, desarrollo y divulgación del papel de los perros detectores en el campo de la conservación del patrimonio natural.
Ha explicado que el trabajo con los perros se fomenta “a edades tempranas” y se desarrolla “con su juguete favorito, que se impregna de del olor de acelerantes del fuego, especies en vías de extinción, o invasoras” mediante “el refuerzo positivo, el juego, la recompensa”.
En este sentido, “el vinculo con el humano tiene que ser desde los dos meses”. Es el caso de Ara, pastora alemana de cinco años, que trabaja (y vive) con el agente medioambiental de Castilla y León Antonio González.
Ara, donada por Odor Naturae, está preparada para el seguimiento, con pelo y excrementos, del lobo, así como de cadáveres de fauna, para el seguimiento de mortandad. También podría localizar osos.
Está “bien socializada” porque trabaja con un agente del orden, y soluciona conflictos, no los puede crear. Comenzó a prepararse a los dos meses, una edad en la que ya acompañaba a los agentes para habituarse a lo que iba a ser su día a día.
NO EXISTEN UNIDADES CANINAS
Pallarès ha relatado cómo en los cuerpos de agentes forestales y medioambientales hay diferentes cuerpos que disponen de agentes que trabajan con perros.
Sin embargo, “unidades caninas formadas como tal, como hay en otros cuerpos de policía, no existen”, a excepción de la catalana, constituida en el año 2020.
Este agente ha esperado que “se vayan extendiendo” por el resto de comunidades autónomas. “Es necesario”, ha dicho, “que se vaya regularizando esa situación, tanto de guías como de perros para reconocer el trabajo” de estos últimos “que llegan donde nuestros ojos y nuestra nariz no llegan”.
A las comunidades autónomas, ha visto González, esto “les interesa” porque el perro “es un apoyo más” y “siempre que el guía esté comprometido el coste casi es cero”.
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