MADRID, 13 (EUROPA PRESS)
Ecologistas en Acción considera que la salida de España del Tratado de la Carta de la Energía es una “victoria” de las ONG a una de sus demandas que muestra como la lucha de las organizaciones y movimientos sociales es “crucial” a la hora de impulsar cambios para la construcción de sociedades más justas que sitúen el bienestar social y del planeta en el centro”.
La portavoz de Ecologistas en Acción Marta García Pallarés considera que este es un momento “extremadamente crítico” en el que se necesitan medidas “valientes” como lo es la salida de España del TCE, anunciada este miércoles por la ministra para la Transición Ecológica y Reto Demográfico, Teresa Ribera.
“Lo celebramos. Ahora es crucial que más países sigan el camino iniciado por España; es sencillamente vergonzoso que los países de la UE acudan a la COP 27 en Egipto prometiendo reducir las emisiones, mientras continúa en un tratado que solo en Europa protege infraestructura fósil por valor de más de 340.000 millones de euros”, ha manifestado.
Ecologistas espera ahora que otros países como Francia, Alemania, Países Bajos o Bélgica sigan la estela de España y abandonen el TCE porque es, en su opinión, un “paso indispensable para el abandono de los combustibles fósiles y el impulso de legislaciones ambiciosas para hacer frente a la crisis climática y energética”.
La salida del TCE era una demanda durante los últimos cuatro años de Amigos de la Tierra, Ecologistas en Acción, Greenpeace, SEO/BirdLife y WWF que ayer anunció Teresa Ribera. La noticia se conoce seis semanas antes de la celebración de la Conferencia anual de la secretaría de la Carta de la Energía que se celebrará en Mongolia para modernizar el tratado.
El TCE permite a las empresas energéticas, sobre todo las relacionadas con los combustibles fósiles, demandar a los países ante un sistema de tribunales si estas consideran que la legislación va en contra de sus intereses. El Panel Intergubernamental de Cambio Climático de la ONU (IPCC) calificó este tratado como un “grave obstáculo para la mitigación del cambio climático”.
Italia es el único país de la Unión Europea que no forma parte del TCE, dado que lo abandonó en 2016. A finales del mes de octubre en el Consejo de la Unión Europea los países tendrán que posicionarse a favor o en contra del TCE modernizado. Ecologistas en Acción confía en que si otros países optan por la salida se pueda lograr un bloque minoritario que pusiera freno a la modernización, ya que se requiere una mayoría cualificada para poder dar luz verde al nuevo texto antes de proceder a su ratificación final en la Conferencia de Mongolia el 22 de noviembre.
En este momento, bajo el TCE hay 143 demandas y España es el país más demandado. La investigadora del Transnational Institute Lucía Bárcena ha asegurado que el TCE es una “pesadilla jurídica para España” y estima que las demandas de arbitraje ya le han costado al país más de 1.000 millones de euros de dinero público para dar compensaciones y pagar abogados y árbitros. “Estas reclamaciones no hacen más que desviar importantes recursos públicos que se podrían destinar a impulsar la transición energética”, opina.
La también portavoz de Ecologistas en Acción Clàudia Custodio, ha manifestado que si bien la salida del TCE no conduce automáticamente a una transición energética justa, es sin duda un paso necesario que despejará el camino hacia el abandono de la economía fósil y el desarrollo de regulaciones ambiciosas y participadas, como el impulso del autoconsumo o las comunidades energéticas.
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