MADRID, 11 (EUROPA PRESS)
El Fondo Monetario Internacional (FMI) ha mantenido sin cambios en el 3,2% su previsión de crecimiento del pasado mes de julio para la economía mundial, lo que supone una intensa desaceleración respecto de la expansión del 6% registrada en 2021, mientras que ha recortado en dos décimas su pronóstico para 2023, cuando espera que el PIB global crecerá un 2,7%, al tiempo que confía en que la inflación haya tocado techo y se moderará a lo largo de los dos próximos años.
En su informe ‘Perspectiva Económica Mundial’, presentado este martes en Washington, el Fondo advierte de que los riesgos siguen siendo inusualmente grandes y a la baja, incluyendo que la política monetaria calcule mal la postura correcta para reducir la inflación, así como una mayor apreciación del dólar por la persistente divergencia en las políticas de las principales economías, tensiones transfronterizas, además de ‘shocks’ en los precios de la energía y los alimentos que impulsaran la inflación por más tiempo.
De este modo, en un escenario alternativo más pesimista, con subidas del precio del petróleo, condiciones financieras más estrictas y perturbaciones en el sector inmobiliario de China, el FMI calcula que el nivel de actividad global sería hasta 1,5 puntos porcentuales más bajo en 2023 y 1,6 puntos porcentuales más bajo en 2024, en relación con la línea de base actual.
“El balance de riesgos está firmemente inclinado a la baja, con alrededor de un 25% de probabilidad de que el crecimiento mundial dentro de un año caiga por debajo del 2%”, advierte la institución, para la que el endurecimiento global de las condiciones de financiación podría desencadenar un sobreendeudamiento de los mercados emergentes.
Asimismo, entre los riesgos para las perspectivas globales contempla la posibilidad de que Rusia interrumpa el suministro de gas a Europa, un resurgimiento de la Covid-19 o nuevos temores globales que podrían frenar aún más el crecimiento, así como el empeoramiento de la crisis del sector inmobiliario de China que pudiera extenderse al sector bancario y pesar en el crecimiento del país, con efectos transfronterizos negativos.
PEORES PERSPECTIVAS.
El nuevo pronóstico del FMI para la economía global se sitúa muy por debajo del promedio, ya que el crecimiento económico global promedió un 3,6% entre 2000-21. De hecho, la expansión del 2,7% esperada en 2023 es la más débil desde el 2,5% registrado durante la desaceleración mundial de 2001, con la excepción de la crisis financiera de 2008 y la relacionada con la pandemia.
En su análisis, el FMI ha revisado a la baja los pronósticos de cara a 2023 para 143 economías, que representan el 92% del PIB mundial. Sin embargo, a pesar del empeoramiento, la institución no contempla actualmente en su escenario base una disminución en el PIB global o en el PIB global per cápita.
Sin embargo, se anticipa una contracción del PIB real que dura al menos dos trimestres consecutivos en algún momento durante 2022-23 en aproximadamente el 43% de las economías, que representan más de un tercio de PIB mundial, advierte el Fondo.
En el caso de las economías avanzadas, las nuevas previsiones del FMI anticipan un crecimiento del PIB del 2,4% este año, una décima menos de lo esperado en julio, pero una fuerte desaceleración en 2023, cuando la actividad aumentará un 1,1%, tres décimas menos de lo previsto anteriormente.
De su lado, las economías emergentes crecerán en 2022 y 2023 un 3,7% cada año, lo que implica una mejora de una décima en el pronóstico de este año, pero una rebaja de dos de cara al próximo ejercicio.
RECESIÓN EN ALEMANIA E ITALIA.
Entre las principales economías mundiales, el FMI ha recortado en siete décimas su previsión de crecimiento para Estados Unidos en 2022, hasta el 1,6%, mientras mantiene sin cambios el pronóstico para 2023 en el 1%.
En el caso de la zona euro, el Fondo ha revisado al alza en medio punto porcentual su previsión de crecimiento del PIB para este año, hasta el 3,1%, pero ha recortado en siete décimas el de 2023, cuando espera una expansión del 0,5%.
En concreto, el PIB de Alemania crecerá en 2022 un 1,5%, tres décimas más de lo esperado en julio, pero la mayor economía europea se contraerá un 0,3% el próximo año, lo que implica una revisión a la baja de 1,1 puntos porcentuales.
Asimismo, el FMI también espera que Italia, la tercera economía del euro, registrará recesión en 2023, con una caída del PIB del 0,2%, después de rebajar nueve décimas su anterior pronóstico, mientras que para 2022 la institución espera un crecimiento del país trasalpino del 3,2%, dos décimas mejor que en julio.
De su lado, Francia crecerá un 2,5% en 2022 y un 0,7% en 2023, lo que implica una mejora de dos décimas este año, pero un empeoramiento de tres el siguiente, mientras que el PIB de España aumentará en 2022 un 4,3%, tres décimas mejor de lo esperado previamente, aunque en 2023 la expansión se moderará al 1,2%, un empeoramiento de ocho décimas respecto de lo anticipado en julio.
Fuera de la UE, el FMI ha mejorado en cuatro décimas la previsión de crecimiento del PIB para Reino Unido, hasta el 3,6%, mientras que ha recortado en dos décimas la del próximo año, dejándola en el 0,3%.
LA INFLACIÓN TOCA TECHO.
Por otro lado, el pronóstico del FMI para la inflación global general contempla un aumento de los precios desde el 4,7% en 2021 al 8,8% en 2022, lo que supone un incremento de medio punto porcentual respecto de la previsión de julio, aunque anticipa una moderación de la tasa al 6,5% en 2023 y al 4,1% en 2024.
En este sentido, el FMI destaca que los pronósticos para la mayoría de las economías se han revisado modestamente al alza desde julio, pero están significativamente por encima de los pronósticos realizados a principios de 2022.
“Sobre una base de cuatro trimestres, la inflación global general proyectada alcanza un máximo del 9,5% en el tercer trimestre de 2022 antes de caer al 4,7% en el cuarto trimestre de 2023”, explica.
La revisión al alza de la inflación es especialmente grande para las economías avanzadas, donde la inflación aumentará del 3,1% en 2021 al 7,2% en 2022 antes de descender al 4,4% en 2023, lo que implica una revisión al alza respecto de julio de 0,6 y 1,1 puntos porcentuales en 2022 y 2023.
Este alza de la inflación refleja aumentos significativos entre economías desarrolladas como EE.UU., con una revisión al alza de 0,4 puntos porcentuales, hasta el 8,1%, que bajará al 3,5% en 2023, y en la zona euro, con un promedio del 8,3% en 2022, una revisión al alza de un punto porcentual, que se moderará el próximo año al 5,7%.
Para las economías de mercados emergentes y en desarrollo, el FMI espera que la inflación aumente del 5,9% en 2021 al 9,9% en 2022, antes de caer al 8,1% en 2023.
“La desinflación proyectada para 2023 ocurre en casi todas las economías para las que se dispone de pronósticos, pero es más pronunciada en las economías avanzadas”, destaca el FMI, para el que estas economías se benefician más que las emergentes “de una mayor credibilidad de los marcos monetarios”, lo que ayuda a reducir la inflación.
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