GINEBRA, 11 (DPA/EP)
La excanciller alemana Angela Merkel ha dedicado este lunes a voluntarios alemanes el Premio Nansen que el Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (ACNUR) le ha concedido por su política de fronteras abiertas durante la crisis migratoria de 2015, en la que Alemania recibió a más de un millón de migrantes y refugiados.
Después de ser galardonada el pasado 4 de octubre al premio de la ONU, Merkel ha recogido este lunes en Ginebra el reconocimiento citando al poeta y escritor alemán Erich Kastner: “No hay nada bueno si no se hace”.
“Lo importante es un futuro para que el país tenga confianza en sí mismo y sea libre, una Alemania que está abierta a otros seres humanos (…) y puede tener éxito si lo hacemos lo mejor que podemos”, ha aseverado la exmandataria alemana durante su discurso tras recoger el premio, según ha informado la ONU en un comunicado.
Por ello, Merkel ha insistido en que el galardón era “también un honor para todas las personas que se han enfrentado a las tareas que enfrentamos. Mi agradecimiento va en primer lugar a todas esas personas”, ha dicho.
La excanciller ha subrayado la importancia del papel de muchas personas de los municipios y comunidades alemanas, así como muchos voluntarios, que ayudaron entonces a superar los desafíos que supusieron los 1,2 millones de refugiados y solicitantes de asilo que llegaron a Alemania entre 2015 y 2016.
“Desde mi punto de vista, este honor va sobre todo a las innumerables personas que arrimaron el hombro en su momento, es gracias a ellas que gestionamos la situación, que lo conseguimos”, ha remachado Merkel, según ha recogido la agencia DPA.
Con todo, Merkel ha entregado el premio de 150.000 dólares (una cifra similar en euros) a partes iguales a cuatro galardonados regionales que han sido premiados al mismo tiempo que ella, entre ellos un médico de Irak y una mujer que lleva más de 50 años apoyando a los refugiados en Costa Rica.
El jefe de ACNUR, Filippo Grandi, ha destacado que Merkel actuó con una “gran moral” y mostró “valentía política” al permitir la llegada a Alemania de personas procedentes principalmente desde Oriente Próximo, en un contexto marcado por conflictos como el de Siria.
ACNUR recuerda que Merkel apeló entonces a un “imperativo humanitario” para aplicar una doctrina distinta a la que reclamaban formaciones nacionalistas y ultraconservadoras partidarias de cerrar fronteras o al menos de limitar al mínimo el flujo migratorio que llegaba principalmente al centro de Europa a través de la ruta de los Balcanes.
“Fue una verdadera líder, apelando a nuestra humanidad común, manteniéndose firme contra quienes predicaban miedo y discriminación”, ha señalado Gradi, que ha descrito a Merkel como un ejemplo del poder que pueden utilizar los políticos para “encontrar soluciones” y asumir las responsabilidades que conllevan ciertos cargos.
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