MADRID, 10 (EUROPA PRESS)
El psicólogo clínico y coordinador del área de Rehabilitación de Salud Mental del Centro San Juan de Dios de Ciempozuelos, Juan Jesús Muñoz, critica que “la sociedad actual, instaurada en la inmediatez” constituye “el caldo de cultivo” para la proliferación de trastornos de conducta y/o los trastornos de la personalidad, sobre todo, los vinculados a las “personalidades inmaduras, como el trastorno límite de la personalidad”.
Asimismo, también influye “la búsqueda constante de refuerzos en forma de aprobación por los demás, con dificultades para la asunción de normas y responsabilidades”. Si cualquier enfermedad se ve influida por los factores ambientales e incluso los aspectos socioculturales, en el caso de la salud mental, “esta afirmación adquiere mayor intensidad y los diferentes cambios sociales afectan a las enfermedades mentales”.
TRASTORNO MENTAL GRAVE Y TRASTORNO DE LA PERSONALIDAD
El concepto de trastorno mental grave alude a un conjunto de afecciones que se suelen caracterizar por la cronicidad: psicosis/esquizofrenias, depresiones graves, trastorno bipolar y otros trastornos siempre que adquieran ese carácter mencionado de cronicidad unido a alta gravedad que comprometa la adaptación de las personas a la vida cotidiana. También se incluyen las presentaciones, también graves, de algunos trastornos de la personalidad, siendo el máximo exponente el trastorno límite de la personalidad.
Se habla de trastorno de la personalidad cuando esos rasgos muestran un carácter extremo (ya sea por exceso o por defecto) que conlleva inadaptación. Un trastorno de la personalidad se caracteriza por problemas en el funcionamiento de algunos aspectos del yo (por ejemplo, identidad, autoestima, precisión de la visión de uno mismo, autodirección) o algún tipo de disfunción interpersonal (por ejemplo, capacidad para desarrollar y mantener relaciones cercanas y mutuamente satisfactorias, capacidad para comprender las perspectivas de otros y para manejar conflictos en las relaciones).
Aunque siempre se ha de pensar en influencias genéticas, el psicólogo explica que, en principio, el trastorno de la personalidad “se hace y no se nace”, apareciendo el mismo al final de la adolescencia y principios de la etapa adulta.
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