JAÉN, 10 (EUROPA PRESS)
El Museo Íbero de Jaén acoge hasta el 8 de enero, el proyecto expositivo Die Fledermaus. Se trata de una iniciativa de la Universidad de Jaén en la que se unen las obras de los artistas Santiago Ydáñez (Puente de Génave, 1967) y María de los Ángeles Díaz Barbado (Granada, 1969).
El delegado territorial de Turismo, Cultura y Deporte, José Ayala, ha participado en la inauguración de esta muestra en la que las obras creadas de forma individual comparten espacio con las creaciones conjuntas en las que ambos comparten sus intereses y sus fuentes creativas.
Partiendo de un proyecto que fue presentado en La Carolina (Jaén) hace un año, han seguido trabajando en un tema común con el que han experimentado a través de variaciones que lo enriquecen y hacen cada obra singular, pese a su contexto en serie. La naturaleza es su punto de partida y, mediante ella expresan su sentir ante múltiples aspectos de la propia vida.
La muestra comienza con un conjunto de obras de M.ª Ángeles Díaz Barbado que entroncan con el romanticismo alemán y con sus variantes, presentes en su larga proyección en movimientos posteriores. Díaz Barbado se nutre de los escritos de Goethe, Novalis o Schiller y los ilumina con sus obras en las que, de la oscuridad de los fondos negros, emergen elementos naturales, murciélagos e insectos, concebidos de acuerdo al mundo creador de la artista que reinterpreta y adapta la realidad a sus intereses creativos.
A continuación, y a través de obras de gran formato, se pueden contemplar los trabajos conjuntos de los dos artistas, en los que, nuevamente, a las formas más características del segundo se une el complejo universo de la primera, ofreciendo un conjunto de piezas cargadas de fuerza. Estos trabajos comparten espacio con obras individuales de cada uno de ellos entre las que destacan una bellísima fotografía que ensalza como protagonista a un bodegón de frutos rojos, obra de Díaz Barbado.
En un tercer ámbito, el protagonismo lo tienen las intervenciones de Ydáñez sobre obras antiguas, especialmente barrocas y decimonónicas, en las que el artista vuelve a mostrar las que han sido sus grandes fuentes de inspiración a lo largo de buena parte de su carrera. El colofón lo pone nuevamente una obra conjunta que parte de una escena del Drácula de Tod Browning (1931), cuyo protagonista, Béla Lugosi, sostiene en brazos a Helen Chandler, en una escalera cargada de simbolismo.
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