MÁLAGA, 7 (EUROPA PRESS)
La fotógrafa Maria Svarbova lleva a La Térmica su muestra más ambiciosa hasta la fecha, formada por 68 instantáneas pertenecientes a todas sus series fotográficas, además de material audiovisual y atrezzo utilizado para sus sesiones.
De esta forma, el centro de cultura contemporánea de la Diputación de Málaga estrena para la nueva temporada la exposición ‘This is my Swim Lane’ de la artista eslovaca, conocida por su serie icónica ‘Swimming Pools’.
Así lo ha dado a conocer el presidente de la Diputación, Francisco Salado, durante la presentación, junot con la comisaria de la exposición, Dumia Medina, y de la propia Svarbova. La muestra se abrirá al público este viernes a partir de las 20.00 horas, coincidiendo con el evento más importante del mes en La Térmica, el Red Friday.
En cuanto a la exposición, que será de entrada libre, estará vigente hasta el 12 de febrero de 2023. Además, la comisaria mantendrá un encuentro con Svarbova y su público a las 19.00 horas para conversar sobre ella.
Salado ha explicado que la fotógrafa reivindica en esta exposición y en su trabajo en general su pasado personal y cultural. “Alejada de las modas y del imaginario general, ha construido su imaginario personal a partir de su memoria familiar y cultural”, ha precisado.
La muestra, dividida en dos partes, recorre la trayectoria artística y personal de la artista. Por un lado, recoge las series ‘Swimming Pools’, donde aparecen nadadoras con llamativos gorros de color rojo o amarillo; y, por otro, el resto de series, más narrativas, que la artista ha englobado bajo el título común de ‘Futuro Retro’.
De este modo, en las series ‘Swimming Pools’, con las que la artista se dio a conocer a partir de 2014, las piscinas públicas son los escenarios donde nadadoras anónimas se convierten en algo más que humanas enfundadas en sus trajes de baño y gorros de colores.
Svarbova “rompe el control y las imposiciones sociales”, han señalado, “representadas por letreros en eslovaco donde se puede leer ‘No saltar’ o ‘Prohibido el paso’. Las nadadoras, sus sombras y reflejos, ofrecen calma y serenidad, acompañadas de la uniformidad del espacio”.
Las fotografías limpias, minimalistas y un tanto nostálgicas en estas piscinas de su Eslovaquia natal, llamaron la atención de la escena artística internacional y, posteriormente, su trabajo apareció en medios de comunicación como The Guardian, CNN, Forbes y en galerías de todo el mundo.
Si en estas instantáneas de las piscinas la arquitectura, junto a la figura humana, es uno de los elementos claves de la fotografía de Svarbova, no lo es menos en las demás series que completan la exposición, recogidas bajo el título ‘Futuro Retro’.
“Los edificios o interiores de sus fotografías están inspirados en esa nostalgia de aquellos tiempos comunistas a los que pertenecía su Eslovaquia natal: brutalismo arquitectónico, la moda popular, los uniformes y la estandarización”, han señalado.
ARTISTA
Desde que Maria Svarbova creció en el pequeño pueblo eslovaco de Slepcany, siempre quiso ser artista. Empezó a perseguir su sueño a los 15 años, cuando se fue a un instituto de arte en Bratislava.
Se especializó en la conservación y restauración de tallas de madera. Sin embargo, en el momento de su graduación, sufría un bloqueo creativo y no pudo dibujar ni pintar nada durante mucho tiempo.
Más tarde, se matriculó en la Universidad Filósofo Constantino de Nitra, donde se especializó en Arqueología. Cuando estaba en su tercer año, su hermana le regaló una cámara DSLR. Svarbova no tardó en darse cuenta de que había encontrado su medio y el propósito de su vida, la fotografía.
Así, empezó a fotografiar varias veces a la semana y se dedicó a aprender, a retocar y editar sus fotos. “Empezó a fijarse objetivos para su fotografía y a soñar en grande”.
A pesar de haber dejado de lado su especialidad, se graduó en Arqueología, y hoy está agradecida por la experiencia. Dice que el enfoque de un arqueólogo a su trabajo “es muy valioso”. La forma en que piensa en sus proyectos es minuciosa y detallada, y los proyectos posteriores se desarrollan a partir de la experiencia de los anteriores.
El estilo personal de Svarbova se aleja del retrato tradicional y se centra en la experimentación con el espacio, el color y la atmósfera. Interesada en la arquitectura y los espacios públicos de la época comunista, la artista transforma cada escena “con una frescura moderna que pone de manifiesto la profundidad y la variedad de su paleta creativa”.
La visión posmoderna de la eslovaca articula con audacia un diálogo que obliga al espectador a responder al misterio, la soledad y el aislamiento. Su obra manifiesta una sensación de frío y distanciamiento atemporales, reproduciendo rutinas, como el ejercicio, las citas con el médico o las tareas domésticas.
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