MADRID, 4 (EUROPA PRESS)
Un grupo de manifestantes ha atacado con cócteles molotov la sede del gobernador de la provincia iraquí de Di Qar, situada en el sur del país, tras lo que las autoridades han anunciado la imposición de un toque de queda, en medio del aumento de las tensiones por la creciente crisis económica y política.
Según las informaciones recogidas por el portal iraquí de noticias Shafaq, los manifestantes han atacado la fachada del edificio, causando un incendio, si bien no se han registrado víctimas. Fuentes de seguridad han recalcado que los manifestantes “no han podido entrar en el edificio” y han agregado que la situación está controlada.
Poco después, el gobernador de Di Qar, Muhamad Hadi al Gazi, ha anunciado un toque de queda y ha hecho hincapié en que “la situación está bajo control”, tal y como ha informado la agencia de noticias INA.
Por otra parte, durante las últimas horas se han registrado enfrentamientos armados en Basora (sur), sin que por ahora haya informaciones sobre posibles víctimas. Testigos citados por la cadena de televisión kurda Rudaw han indicado que las hostilidades han estallado por el arresto de varias personas por parte de las Fuerzas de Movilización Popular (FMP), una coalición de milicias proiraníes.
Los arrestos tuvieron lugar el lunes en el marco de las protestas en la provincia, en el marco de las cuales las fuerzas de seguridad emplearon gases lacrimógenos. El gobernador de Basora, Asaad al Eidani, intentó entonces reunirse con los manifestantes, que se negaron y criticaron la intervención de los agentes para reprimir las movilizaciones.
Irak ha sido escenario en los últimos días de nuevas movilizaciones, coincidiendo con el tercer aniversario de las protestas de octubre de 2019, que se saldaron con al menos 600 muertos en todo el país por la reacción de la Policía iraquí y las milicias proiraníes. Las protestas estuvieron activas durante varios meses para exigir el fin del sistema de gobierno vigente desde la invasión estadounidense de Irak en 2003, el fin de la corrupción, mejores servicios básicos y empleo.
Las protestas derivaron en la dimisión del entonces primer ministro, Adel Abdul Mahdi, quien fue sustituido –tras el rechazo a varios nominados– por Mostafá al Kazemi, quien inició una serie de reformas y convocó elecciones anticipadas, celebradas el 10 de octubre de 2021.
En dichos comicios, el partido liderado por el clérigo chií Muqtada al Sadr se alzó con la victoria, si bien hasta ha sido incapaz de formar gobierno debido al bloqueo de los partidos y milicias proiraníes, lo que ha provocado que su bloque se haya retirado de las negociaciones y del Parlamento, ahondando la crisis política en Irak.
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