MADRID, 3 (EUROPA PRESS)
El Frente para la Liberación de Tigray (TPLF) ha asegurado este lunes haberse retirado de la región de Amhara (norte) tras cerca de un mes de despliegue en varias zonas en el marco de la guerra en Tigray, desatada en noviembre de 2020.
El Mando Central de las fuerzas tigrayanas ha indicado en un comunicado que este repliegue llega ante “los últimos acontecimientos” y en el marco de “un ajuste geográfico táctico” para hacer frente al “peligro existencial” que supone la ofensiva a gran escala por parte del Ejército eritreo.
Así, ha indicado que las retirada ha sido llevada a cabo “durante los últimos tres días” y ha hecho hincapié en que se trata de una “iniciativa propia” no relacionada “con la situación en el campo de batalla” en la región de Amhara.
“Si esta fuerza, destruida en repetidas ocasiones, realiza un nuevo intento en este frente, debe saber que podemos volver a entrar en esas áreas en cualquier momento y dirección para garantizar nuestra supervivencia”, ha señalado en su comunicado, recogido por la cadena de televisión Tigrai TV.
Por otra parte, ha denunciado nuevamente la “invasión” del enemigo, en referencia a la reactivación en agosto de los combates con las fuerzas de Etiopía y Eritrea tras cinco meses de tregua humanitaria, y ha cargado contra los “invasores fascistas” por “rechazar una solución pacífica” al conflicto.
“Tras haber cercado Tigray desde todas las direcciones, negando al pueblo tigrayano bienes básicos como la comida y el agua, y tras exponerlos a la muerte masiva por hambre, nuestros enemigos lanzaron su invasión en un momento oportuno en el que pensaron: ‘Ahora que han sido debilitados, la fuerza militar es una alternativa”, ha criticado.
En este sentido, ha ensalzado la “lucha de autodefensa para garantizar la supervivencia del pueblo” y ha subrayado que ha “defendido con éxito” los ataques desde el frente sur, pasando a una contraofensiva que permitió al TPLF hacerse con el control de varias localidades en Amhara.
“La razón por la que nos vimos forzados a entrar en Amhara tras destruir la fuerza enemiga presente en esta zona no era porque quisiéramos ocupar tierra de Amhara ni para convertirla en un campo de batalla, sino para atacar al enemigo en el lugar y momento de nuestra elección”, ha explicado.
“Lo hicimos para debilitar la potencia del enemigo, forzándolo a volver a la mesa de negociaciones. Sin embargo, el enemigo ha rechazado totalmente el diálogo y las opciones pacífica y está moviendo cielo y tierra para materializar sus sueños a través de la fuerza y la guerra”, ha señalado.
Así, ha lamentado que “la banda fascista de (el primer ministro etíope) Abiy Ahmed, aceptando como un esclavo las órdenes del totalitario (presidente de Eritrea) Isaias Afewerki y entregándole la riqueza y el personal de Etiopía, trabaja día y noche para exterminar al pueblo de Tigray”, ha zanjado.
El conflicto en Etiopía estalló tras un ataque del TPLF contra la principal base del Ejército, situada en Mekelle, tras lo que el Abiy ordenó una ofensiva contra el grupo tras meses de tensiones a nivel político y administrativo. En la actualidad hay en vigor una “tregua humanitaria”, si bien ambas partes se han acusado de impedir la entrega de ayuda.
El TPLF acusa a Abiy de azuzar las tensiones desde su llegada al poder en abril de 2018, cuando se convirtió en el primer oromo en acceder al cargo. Hasta entonces, el TPLF había sido la fuerza dominante dentro de la coalición que gobernó Etiopía desde 1991, el Frente Democrático Revolucionario del Pueblo Etíope (EPRDF), sustentada en las etnias. El grupo se opuso a las reformas de Abiy, que consideró como un intento de socavar su influencia.
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