LOGROÑO, 28 (EUROPA PRESS)
La directora general de Cultura, Ana Zabalegui, la autora Judith Sáenz de Tejada y el comisario Enrique Martínez Glera, han inaugurado este miércoles la exposición ‘Carlos Sáenz de Tejada y Judith Sáenz de Tejada. Dos ilustradores, un mismo apellido’, en la que se reúne un importante muestrario de los dos autores y artistas, unidos por el parentesco abuelo-nieta y ahora en las paredes del museo, en la confrontación de sus respectivas obras. La muestra estará abierta al público hasta el próximo 4 de diciembre.
La idea de esta exposición comenzó tiempo atrás, tanto como los años que llevamos de pandemia. En principio, estaba planeada como una pequeña muestra, con un limitado número de obras de cada uno de los dos actores-autores: Carlos Sáenz de Tejada y Judith Sáenz de Tejada.
La intención era poder establecer el contraste entre dos diferentes maneras de ilustrar, pues los modos de hacer de cada época no pasan en balde. Con todo dispuesto, solo había que dar la señal de salida y, justo entonces, se congeló, al quedar atrapados en el nuevo tiempo del confinamiento.
Ahora, más liberados del agobio, la semilla parece haber eclosionado y trae nuevas perspectivas y, si ya teníamos previsto que un capítulo fundamental debía ser el aspecto didáctico, lo que ahora pretendemos supera en tanto aquel primer impulso que se ha convertido en casi el núcleo fundamental. En cierto modo, esta exposición se va a montar para ese fin: enseñar, aprender y divulgar.
El dibujo, los trazos… constituyen un lenguaje. Cómo se dispongan, querrá decir una cosa u otra. Su tono, más fuerte o más suave, llegará más o menos a la sensibilidad del que lo ve, del que, sin darse cuenta, lo está “leyendo”, pues el paso del dibujo a la interpretación del espectador es casi inmediato y lo que le sugiera, a veces, no necesita de demasiadas composiciones mentales, entre otras cosas, porque estas ya las ha hecho el dibujante.
La ilustración, como medio de expresión gráfica, constituye una de las especialidades más difíciles en el terreno artístico. Es preciso profundizar en la psicología del autor y de los personajes de su obra, con el fin de encontrar los motivos básicos atractivos que permitan trasponer pensamientos y crear ideas que lleguen al lector en los motivos ilustrados.
El cartelismo y la ilustración tienen en común que su mensaje ha de impactar y entenderse desde el primer golpe de vista.
LOS AUTORES
Carlos Sáenz de Tejada (1897-1958). Fue, entre otras cosas, dibujante, ilustrador, publicista, grabador, cartelista, diseñador, figurinista de moda, pintor, retratista y decorador de escenografías teatrales y de interiores.
Hijo de Carlos Sáenz de Tejada y Groizard y de María de Lezama González del Campillo, nació el 22 de junio de 1897 en Tánger, donde su padre ejercía como cónsul de España. Su ascendencia materna lo vincula a Laguardia (Álava), donde la familia posee una casa solariega, en tanto que su apellido Sáenz de Tejada está relacionado con La Rioja y su origen, según la documentación estudiada, se remonta a Valdeosera en el siglo XVI y, ya a partir de la tercera generación, se localizan sus antepasados en Torrecilla en Cameros.
Judith Sáenz de Tejada Gorman (1961). Nieta del pintor e ilustrador Carlos Sáenz de Tejada, pertenece a una familia de intelectuales y diplomáticos. Es hija de Carlos Sáenz de Tejada y Benvenuti y de Judith Gorman Dowling.
Artista polifacética que a lo largo de su carrera profesional ha desarrollado iniciativas diversas y originales en una continua actividad de creación. Ha tocado los campos más variados, desde la restauración de obras de arte hasta el mundo empresarial del negocio turístico y enoturístico, fundamentalmente, ejerciendo primero como guía y plasmando luego sus conocimientos en publicaciones. Será en este terreno donde desarrolle su imaginación tanto literaria como de ilustración, al crear esos “amigables” personajes-animales que sirven de hilo conductor en las “tramas” explicativas de lo que nos cuentan sus libros.
OBRAS EN LA EXPOSICIÓN
La parte de la exposición referente a Carlos Sáenz de Tejada contiene muestras de las nueve láminas de La Española inglesa, de las que se han seleccionado diferentes pruebas de estado para que se vea la evolución técnica del proceso de grabado.
De Los intereses creados, se han incluido una veintena de bocetos de portadas y hojas preliminares del libro, realizados en lápiz y acuarela. Asimismo, dibujos preparatorios de láminas y cinco viñetas: tres con el comentario ‘no cabe’, es decir, que no quedaba espacio para estamparlas; y las otras dos, con indicaciones para su modificación.
En el caso de Platero y yo, se comienza con unas fotografías en las que podemos ver a Carlos Sáenz de Tejada con su hija Teresa en su finca El Madroñal, de Cabezas de San Juan (Sevilla), junto a su Platero, del que tomó modelo para las ilustraciones del libro. Se continua con unos bocetos para la cubierta en la que aparece la famosa “cabezada” y algunas otras variantes.
Entramos luego con algunos de los dibujos y pruebas de los grabados que Carlos quería que formasen parte de la edición de lujo, pero que no pudo ser por su muerte y se acabaron publicando como litografías mecánicas en huecograbado. Vemos, primero, los correspondientes a La primavera, desde el calco de acetato a nueve diferentes planchazos; sigue luego Piñones, también con su acetato y siete pruebas de estado.
Una serie de dibujos y bocetos de la Asnografía dan paso a otros de El alba y dos estampas, una de La novia y otra de El retorno. Se cierra el capítulo con un dibujo de La púa, no utilizado, otro de La arrulladora (el viento), que aparece hacia la izquierda y en la estampación hacia la derecha, otro más de La cuadra y un boceto original, que no se utilizó, de La muerte.
Se completa la exposición con algunos dibujos preparatorios para varios relatos publicados entre 1950 y 1956 en el periódico ABC. Asimismo, el emblemático cartel litográfico Ballets Espagnols Argentina sobre la bailaora Antonia Mercé, “la Argentina”, realizado en 1927 en París, y, finalmente, dos toreros en cerámica, siguiendo sus diseños, de la fábrica de Manso de Zúñiga de San Sebastián, de hacia 1943.
En cuanto al espacio dedicado a Judith Sáenz de Tejada, se comienza con algunos de los trabajos presentados en el Máster de Ilustración de Macerata en 2008 y 2009. Es el caso de una plancha de cobre grabada a la punta seca con la figura de un perro y su cachorro, utilizada para realizar la correspondiente estampa en papel, que se expone a su lado. También se muestran dibujos, en dos de ellos aparece un ratoncito, en un caso, introduciéndose por la puerta de un iglú y, en otro, metiéndose en un cráter de la Luna en una vista nocturna, tratados ambos con gran minuciosidad y detalle.
Hay tres con animales: una ardilla y dos osos cuya relación con un tronco de árbol representa, por un lado, La fuerza, sosteniéndolo y, por otro, La agilidad, subiéndose a lo más alto.
Asimismo, pueden verse los bocetos que Judith realizó para el Calendario de la ONU de 2010 sobre los Derechos de los niños y finalmente, la evolución del proceso de creación del nuevo logotipo de la empresa *Masquerutas*, que aparecerá luego en las obras que edite.
Continúa la muestra con una selección de dibujos originales de las cinco publicaciones seleccionadas, que hacen relación a su familia, La Rioja o el vino: La historia secreta de mi familia; El estornino Saturnino en la Tierra del Vino; La historia de Logroño jamás contada; La historia de La Rioja jamás contada; y La historia del vino de Rioja jamás contada.
Completan el catálogo algunas muestras de los diseños de Judith Sáenz de Tejada en complementos y bisutería artesanal y botellas de cerámica decoradas con motivos alusivos a las fábulas de Samaniego, realizadas en colaboración con el alfarero Toño Naharro.
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