El Kremlin evita poner cifras a las posibles deserciones, que han llevado a otros países a reforzar los controles
MADRID, 27 (EUROPA PRESS)
Los países vecinos a Rusia han detectado un repunte del tráfico de personas en la frontera desde que el presidente, Vladimir Putin, anunció la movilización parcial de miles de reservistas, lo que les ha obligado a redefinir estrategias y ha reabierto el debate sobre la protección que se debe ofrecer a quienes quieren evitar una potencial llamada a filas.
El Gobierno ruso ha estimado en hasta 300.000 los reservistas que espera sumar para reforzar su capacidad militar en Ucrania y, aunque por ahora no ha ordenado el cierre de las fronteras para los hombres que pueden ser llamados a filas, tampoco ha descartado que eso pueda ocurrir en un futuro.
El portavoz del Kremlin, Dimitri Peskov, ha evitado este martes dar el dato oficial de salidas en estos días –“no tengo esta cifra”, ha argumentado ante los medios– y ha rehusado también comentar la posible construcción de una valla en la frontera con Finlandia, según las agencias oficiales rusas.
La Guardia Fronteriza finlandesa planteó el lunes la construcción de una valla que cubriría unos 260 kilómetros para reforzar las zonas consideradas de mayor riesgo –la frontera se extiende por unos 1.300 kilómetros–, dentro de un plan más amplio para facilitar las labores de vigilancia.
La ministra del Interior, Krista Mikkonen, no ha descartado esta posibilidad y ha abogado por que el Gobierno en su conjunto estudie la propuesta, en una entrevista a la cadena Yle. Mikkonen, no obstante, ha subrayado que la seguridad fronteriza está garantizada a día de hoy.
Sólo el lunes, llegaron a Finlandia más de 7.700 ciudadanos rusos, según las estadísticas de la Guardia Fronteriza, que detecta un descenso con respecto al “pico” de llegadas que supuso el fin de semana. “La mayoría siguen hacia otros países”, ha explicado este martes la institución en sus redes sociales.
El aumento del flujo migratorio también es palpable en Georgia, donde las llegadas de rusos han subido al menos un 40 por ciento desde el anuncio de la movilización. Las autoridades locales estiman que, cada día, unos 10.00 ciudadanos rusos cruzan hacia territorio georgiano.
El ministro del Interior, Vajtang Gomelauri, ha confirmado que su Gobierno no cerrará las fronteras y se limitará por ahora a reforzar las tareas de control. En el paso de Verjni Lars, el más transitado, las colas de vehículos al otro lado han llegado a alcanzar los 25 kilómetros, informa la radiotelevisión pública británica BBC.
Kazajistán, por su parte, ya ha recibido a unos 100.000 rusos desde el 21 de septiembre. El Gobierno también ha confirmado a través del ministro del Interior, Marat Ajmetzhanov, que no extraditará a ningún ciudadano ruso que huya del posible alistamiento, ya que esta posibilidad no figura en los acuerdos bilaterales de deportación.
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