“El abismo que cavamos cada día generando marginación, no puede dejarnos indiferentes”, avisa
ROMA, 25 (EUROPA PRESS)
El Papa ha criticado la religión del “tener y aparentar” y ha pedido una Iglesia “compasiva” formada por “apóstoles de la fraternidad, la justicia y la paz” desde Matera, ‘la ciudad del pan’, hasta donde ha viajado para clausurar el XVII Congreso Eucarístico Nacional.
“Qué triste es esta realidad aún hoy, cuando confundimos lo que somos con lo que tenemos, cuando juzgamos a las personas por la riqueza que tienen, los títulos que ostentan, los papeles que desempeñan o la marca de ropa que llevan”, ha señalado el Pontífice.
Durante la homilía ante unas 15.000 personas, Francisco ha instado a crear “una Iglesia que se arrodilla ante la Eucaristía y adora con asombro al Señor presente en el pan; pero que también sabe inclinarse con compasión ante las heridas de los que sufren, levantando a los pobres, enjugando las lágrimas de los que padecen, haciéndose pan de esperanza y alegría para todos”.
El Pontífice ha concluido en la ciudad italiana el XXVII Congreso Eucarístico Nacional en el que han participado unas 2.000 personas, entre ellos 800 delegados de las diferentes diócesis de Italia. La cita religiosa estaba programada desde hacía un año, pero el programa se ha visto reducido por la coincidencia con las elecciones políticas en Italia.
El Papa ha alertado de que, si se cava “un abismo” con los hermanos ahora”, se está cavando la “propia tumba”. “Si levantamos muros contra nuestros hermanos ahora, quedamos presos en la soledad y la muerte incluso después”, ha dicho.
Para el Pontífice ese abismo se construye con “las injusticias, las desigualdades, los recursos de la tierra distribuidos de forma poco equitativa, los abusos de los poderosos en la contra los débiles y la indiferencia al grito de los pobres”. Y ha manifestado:
Así ha pedido a la Iglesia que vuelva “al sabor del pan”: “Mientras estamos hambrientos de amor y de esperanza, o estamos rotos por las fatigas y los sufrimientos de la vida, Jesús se convierte en alimento que nos alimenta y nos sana. Volvamos al gusto por el pan, porque mientras la injusticia y la discriminación de los pobres siguen produciéndose en el mundo, Jesús nos da el Pan de Compartir y nos envía cada día como apóstoles de la fraternidad, la justicia y la paz”.
El Papa de 85 años -que regresa hoy mismo al Vaticano- viajó este sábado a la ciudad italiana de Asís para reclamar un sistema económico más justo e inclusivo junto a unos mil jóvenes empresarios y expertos en economía.
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