MADRID, 23 (EUROPA PRESS)
El primer ministro de Pakistán, Shehbaz Sharif, ha advertido este viernes de que “se desatará el infierno” en el país si no hay un alivio de su deuda externa, en medio de la devastación causada por las inundaciones de los últimos meses, que han dejado más de 1.500 muertos y 33 millones de damnificados.
Sharif ha resaltado en una entrevista concedida a la cadena de televisión Bloomberg TV que Islamabad tiene obligaciones de deuda que vencen en dos meses y ha recordado que el Gobierno ha firmado un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) con “condiciones muy duras”, incluidos impuestos al petróleo y la electricidad.
“Hemos hablado con líderes europeos y otros líderes para que nos ayuden en el Club de París para obtener una moratoria”, ha explicado. “A menos que logremos una moratoria sustancial, ¿cómo puede el mundo esperar que nos valgamos por nosotros mismos? Es imposible”, ha lamentado.
En este sentido, ha dicho que hay una “profunda brecha” entre lo que Pakistán pide y lo que está disponible y ha alertado de que el país podría hacer frente a epidemias y otros peligros a causa de las inundaciones. “Dios no quiera que pase, porque se desataría el infierno”, ha señalado.
Pakistán obtuvo en agosto un préstamo del FMI por valor de 1.100 millones de dólares (unos 1.100 millones de euros) para evitar una suspensión de pagos en medio de la crisis política y económica, ahondada por las devastadoras inundaciones.
Sharif ha destallado que ha mantenido conversaciones con el organismo y con el Banco Mundial para un alivio de la deuda y ha añadido que iniciará conversaciones con China –país al que Islamabad debe 30.000 millones de dólares, un tercio del total de su deuda externa– después de contactar con el Club de París.
“Necesito volver a poner nuestra economía en el buen camino. Necesito que millones de personas vuelvan a sus hogares y que se dediquen a sus tareas diarias en agricultura e industria. El tiempo pasa y estamos en una carrera contrarreloj”, ha argumentado. “Por favor, ayúdennos a evitar este desastre”, ha zanjado.
El primer ministro accedió al cargo en abril después de una moción de censura contra Imran Jan, quien intentó impedir la votación disolviendo el Parlamento y convocando elecciones anticipadas, una medida revocada por el Tribunal Supremo.
A la crisis política, marcada por las protestas convocadas en las últimas semanas por Jan, se suma el hundimiento de la rupia paquistaní, que está en mínimos históricos, y el aumento de los precios de los combustibles y los productos básicos, impulsados por la guerra en Ucrania.
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