MADRID, 23 (SERVIMEDIA)
La Fundación Mapfre acogerá entre este viernes y el 8 de enero las exposiciones ‘Julio González, Pablo Picasso y la desmaterialización de la escultura’, que revisará la colaboración entre estos dos artistas desde 1928 hasta 1932, cuando el segundo requirió la ayuda del primero para proyectar un monumento funerario a Guillaume Apollinaire, y otra sobre ‘Ilse Bing’, con un recorrido completo por la producción fotográfica de esta autora, que comenzará en 1929 y concluirá a finales de la década de 1950.
‘Julio González, Pablo Picasso y la desmaterialización de la escultura’ recoge uno de los hitos fundamentales del arte del siglo XX: el desarrollo de un nuevo tipo de escultura en la que la masa y el volumen son sustituidos por composiciones de planos abiertos, nuevos materiales y técnicas y la irrupción del vacío como nuevo elemento definitorio. En resumen, el surgimiento de un nuevo modo de trabajar el metal que iba a jugar un papel importante en la producción artística de las décadas centrales del siglo XX y sería considerado como el momento en el que se crea la escultura abstracta.
La muestra servirá de homenaje a Tomàs Llorens, ya que se trata del último gran proyecto de este emblemático historiador del arte, fallecido en 2021. Comisariada junto a su hijo Boye, el proyecto culmina una línea de investigación a la que dedicó una parte central de su trabajo.
El recorrido presenta más de 170 obras, entre pinturas, esculturas y dibujos y está articulado en ocho secciones, comenzando por ‘Cabeza de toro’, realizada por Picasso una semana después del fallecimiento de Julio González, en homenaje a la figura y la obra de su amigo.
La muestra forma parte del programa oficial de la conmemoración del Año Picasso, que cuenta con Telefónica como empresa colaboradora en España.
ILSE BING
Por su parte, Ilse Bing (1899-1998) nació en el seno de una familia judía acomodada. En 1929, tras descubrir su vocación al preparar las ilustraciones para su tesis, abandonó la universidad para dedicarse a la fotografía, a la que consagraría los siguientes 30 años de su vida.
En 1930 se trasladó a París, donde compaginó el fotoperiodismo con trabajos personales, llegando a ser una de las principales representantes de las tendencias renovadoras de la fotografía que surgían en la efervescencia cultura de la Ciudad de la Luz de la época.
Ante el avance del nazismo, en 1941 se exilió en Nueva York junto a su marido, el pianista Konrad Wolff. Dos décadas más tarde, cuando contaba con 60 años, abandonó su trabajo como fotógrafa y dirigió su carrera a las artes plásticas y la poesía hasta su fallecimiento.
Su obra está influida por ‘Das Neue Sehen’ (la Nueva Visión) de László Moholy-Nagy (1895-1946), por la Bauhaus de la República de Weimmar, por André Kertész (1894-1985) y por el surrealismo de Man Ray (1890-1976).
Según Juan Vicente Aliaga, comisario de la exposición, “la posición en la que se sitúa Bing escapa a cualquier norma estricta u ortodoxia visual”, por lo que “se puede afirmar que estamos ante una mirada y una concepción de la fotografía harto singulares en las que modernidad e innovación formal van de la mano de un talante humanista en el que anida una conciencia social”.
Ilse Bing perteneció a una generación de fotógrafas que, por primera vez, conseguía cierta visibilidad en el mundo de las artes y la cultura, entre ellas Germaine Krull (1897-1985), Florence Henri (1893-1982), Laure Albin-Guillot (1879-1962), Madame d’Ora (1881-1963), Berenice Abbott (1898-1921), Nora Dumas (1890-1979) y Gisèle Freund (1908-2000).
La exposición se compone de 190 fotografías y material documental y se estructura en torno a diez secciones, y cuenta con importantes préstamos procedentes de distintas colecciones e instituciones, como la Colección de Michael Mattis y Judith Hochberg, Nueva York; International Center of Photography, Nueva York; The Art Institute of Chicago; Galerie Berinson, Berlín; The Museum of Modern Art (MoMA), Nueva York; Victoria & Albert Museum, Londres; National Gallery of Art, Washington D. CThe Metropolitan Museum of Art, Nueva York; Musée Carnavalet, París; o el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, entre otras.
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