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Las obras de la Casa del Relojero desvelan un arco del XVIII para un puente de comunicación con la Catedral

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Sandra Gómez asegura que la actuación está “muy avanzada” y apuesta por instalar un punto de información turística y cultural

VALÈNCIA, 21 (EUROPA PRESS)

Los trabajos de recuperación de la Casa del Relojero de València se encuentran “muy avanzados” y esta semana se está retirando el andamio de su fachada, donde ya se ven tanto los elementos ornamentales y colores como el principal hallazgo que han traído las obras: un arco de finales del siglo XVIII que se instaló en previsión de erguir un puente para comunicar el edificio con la Catedral, un proyecto que nunca llegó a realizarse.

Así lo han explicado este miércoles, durante una visita a las obras, la vicealdaldesa y los arquitectos del proyecto, Juan Miguel Martínez y María Dolores Contell.

En la primera fase de los trabajos, que ha tenido que prorrogarse y finaliza en enero, se ha completado la rehabilitación estructural y de las fachadas de la Casa del Relojero y se está construyendo el edificio anexo. Será en una segunda fase cuando se habiliten los interiores. Gómez ha apostado por que albergue un punto de información turística y cultural.

En esta primera parte, el arquitecto Juan Miguel Martínez ha destacado el hallazgo “más interesante” que se han producido durante las obras, y que se ha dejado al descubierta para que pueda observarse en la fachada. Se trata de un arco de finales del siglo XVIII que formaba parte de un proyecto nunca ejecutado para construir un puente que uniera la Casa del Relojero con la Catedral y el Micalet, a modo de pasadizo. El reloj de la Catedral se trasladaría además a este puente.

El proyecto, de cuya idea se tenía constancia pero se desconocía hasta qué punto se había concretado, pasaba por apoyar este puente sobre la Casa del Relojero y el edificio colindante, pero los propietarios de este último se negaron y finalmente no salió adelante.

El arco encontrado, que se construyó para el puente, se ha dejado visible en un color diferente, con mortero y cal, y puede ahora contemplarse desde la calle Micalet en el lateral izquierdo del edificio.

Este arco comparte protagonismo en la fachada con el elemento ornamental más singular del edificio, un escudo de la ciudad también de finales del siglo XVIII y que ya puede entreverse entre los andamios, en la parte central de la fachada. Precisamente es este escudo el que da el carácter de BIC a la Casa del Relojero. En el permanece aún la policromía original. Las barras se han dejado en piedra y la parte interior es del mismo color que la fachada de yeso, de un verde pálido.

UN CONJUNTO FORMADO POR DOS EDIFICIOS CONECTADOS

En cuanto a la intervención, el arquitecto Juan Miguel Martínez ha relatado que se ha llevado a cabo un trabajo de consolidación estructural y en el envolvente exterior, se ha rehabilitado la cubierta y se está ampliando la manzana con el edificio anexo, que estará conectado a la Casa del Relojero desde su interior, de forma que no se tratará de dos construcciones independientes sino un conjunto único.

Martínez ha indicado que se han realizado catas para recuperar los colores y morfología original en las paredes y la carpintería, aunque se han empleado técnicas nuevas. Además, se ha destapado la parte de piedra que quedaba oculta en la planta baja del edificio.

Finalmente, la nueva edificación se ha construido buscando referencias en la propia arquitectura del entorno. “El color hemos buscado que sea la misma tonalidad que el Micalet; la forma de relaizar los muros y encofrados es una reiterpretación de un muro de sillería, teniendo siempre como telón de fondo el Micalet”, ha destacado Martínez.

UN USO EN CONSONANCIA CON EL ENTORNO

La vicealcaldesa ha explicado, en línea con lo que avanzó el año pasado, que para el consistorio el uso “más idóneo” para la Casa del Relojero sería un punto de información turística y cultural. “Tiene que ser un uso que vaya en consonancia con el enclave en el que estamos”, ha comentado. Así, ha señalado que el espacio resultante no será lo suficientemente amplio para otro tipo de dotaciones públicas.

En cualquier caso, ha subrayado que la parte más importante era la de recuperar la edificación y el entramado histórico que está protegido. “Está en uno de los enclaves patrimoniales más importantes de la ciudad, entre la plaza de la Reina y la Virgen. Por aquí pasan miles de valencianos y miles de turistas durante todo el año. No tenía sentido que lo primero que se encontraran fuera un edificio absolutamente abandonado y degradado, que también con el paso de los años podría estar el peligro de derrumbe”, ha expuesto.


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