MADRID, 20 (EUROPA PRESS)
Las cifras del hambre se han disparado a nivel mundial en los últimos años, hasta el punto de que, cada cuatro segundos, una persona muere por causas derivadas de la falta de alimentación, según una alerta lanzada por más de 200 ONG de todo el mundo de cara al arranque de la Asamblea General de Naciones Unidas.
En 2019, unos 135 millones de personas padecían una inseguridad alimentaria aguda, pero el dato ronda ya los 345 millones, en un contexto marcado por la persistencia de conflictos y desastres naturales y los efectos colaterales derivados de la guerra en Ucrania.
“En un mundo de abundancia, dejar que la gente se muera de hambre es una decisión política”, sentencian organizaciones de 75 países en una carta abierta en la que llaman a actuar cuanto antes para cumplir con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).
En todo el mundo, 50 millones de personas están al borde de la inanición en 45 países y preocupan crisis como las de Somalia, Sudán del Sur, Yemen, Afganistán, Nigeria y Haití. Detrás de estos datos, avisan, “hay personas reales” y no actuar acarrea “terribles consecuencias reales de vida o muerte”.
Las ONG firmantes consideran que los gobiernos de todo el mundo anteponen sus intereses políticos y económicos por encima del bienestar del conjunto de la población mundial y plantean una batería de recomendaciones para aliviar la carga del hambre, entre ellas el desembolso de más fondos y que estos no estén asignados a una emergencia específica y la intensificación de la diplomacia para prevenir conflictos.
El objetivo es ayudar a personas como Sumaya, una madre con cuatro hijos en un campo de desplazados en Etiopía y que, sin agua y sin comida, vive “una vida sin esperanza”. “Mis hijos se están muriendo de hambre. Están al borde de la muerte. Si no consiguen comida, temo que mueran”, afirma.
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