ALMERÍA, 17 (EUROPA PRESS)
C.T., el profesor británico condenado en Almería a un total de 14 años de cárcel por dos delitos de abuso sexual a una alumna y una prima de esta se enfrenta a una nueva pena de cuatro años de prisión acusado de un delito contra la intimidad sexual después de que filmara un vídeo cuando mantenía relaciones con la primera de sus víctimas sin conocimiento de esta.
Tanto la Fiscalía Provincial de Almería como la acusación particular, que ejerce el letrado Leo Marfil, solicitan además de la nueva pena privativa de libertad una multa de 20 meses con cuota diaria de 12 euros, con responsabilidad personal subsidiaria en caso de impago, según los escritos provisionales consultados por Europa Press.
El acusado fue condenado en firme tras la ratificación del fallo por parte del Tribunal Supremo a once años y medio de prisión por haber mantenido relaciones sexuales entre mayo y noviembre de 2016 con una de sus alumnas cuando esta tenía de 15 a 16 años.
En ese contexto, el hombre habría aprovechado una de las citas para grabar a la menor en vídeo cuando realizaban una práctica sexual “aprovechando que la misma no podía verle puesto que se encontraba de espaldas” a la cámara, de modo que la secuencia se filmó “con total desconocimiento y sin autorización” de la menor, de la que también obtuvo documentos fotográficos.
Precisamente este vídeo fue una de las pruebas cuya validez constató el Alto Tribunal para condenar a C.T. por los abusos sexuales a los que sometió a la menor con la que entabló una relación “fingídamente amistosa, dándole un trato preferente y logrando que el vínculo con ella se volviera poco a poco más personal e íntimo”.
En un proceso judicial posterior, el hombre aceptó otros dos años y medio de cárcel tras reconocer ante un tribunal de la Audiencia Provincial de Almería que también abusó sexualmente de una prima de su primera víctima, a la que conoció en el verano de 2016 e invitó a su casa de Roquetas de Mar para ofrecerle “diversas bebidas alcohólicas” antes de someterla, después, a tocamientos.
Este tercer procedimiento penal que enfrenta C.T. guarda relación con otro más, en este caso dirigido contra su madre P.H., quien se encuentra pendiente de juicio acusada, en su caso, de un delito de obstrucción a la justicia al haber intentado presuntamente influir sobre la menor para que exculpara a su hijo durante la instrucción de la causa principal.
Según la investigación previa, P.H. habría intercedido para que la menor modificara su declaración mediante llamadas telefónicas y mensajes de texto al tiempo que habría dado instrucciones a la chica para ocultar el contacto que mantenían ante los progenitores de la víctima.
En base a la acusación del Ministerio Público, que reclama un año y tres meses de prisión para la acusada así como una multa de nueve meses con una cuota diaria de 12 euros, la mujer habría iniciado un intercambio de correos electrónicos con la menor, que estaba en una situación “especialmente influenciable”, para “manipularla” y hacerle “sentir culpable” de que C.T. estuviera en prisión provisional en esos momentos, hasta conseguir que la chica escribiera una carta en la que “se retractaba de lo que había declarado”.
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