VALLADOLID, 14 (EUROPA PRESS)
El Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León ha acordado rebajar de tres a dos años y medio de prisión la condena a un joven de 19 años por un delito continuado de abuso sexual sobre una menor de 11 con la que mantuvo una relación en el verano de 2019.
En su sentencia, la Sala de lo Civil y Penal del TSJCyL, con sede en Burgos, estima parcialmente el recurso del condenado y aplica a la condena una rebaja de seis meses–le impone la pena mínima–al estimar la atenuante analógica derivada de su inmadurez y por haber reparado la responsabilidad económica en favor de la víctima, según la información del Gabinete de Prensa del Alto Tribunal castellanoleonés recogida por Europa Press.
Y es que el tribunal atiende acreditado que “nos encontramos con un sujeto que tiene 19 años en la fecha en la que ocurren los hechos, y en el que concurren determinados rasgos de impulsividad que pueden llevarle a una limitación en cuanto a la asunción de las consecuencias de sus actos”.
Los hechos se remontan al verano de 2019 cuando la víctima acudía a una localidad de la provincia en compañía de su madre, que había empezado a trabajar en un bar de camarera, y conoció al condenado a partir de un grupo de amigas. Ambos, víctima y condenado, iniciaron una relación y él invitó un día a ella a ver una película a su casa, episodio en la que el joven la tocó en distintas partes del cuerpo.
Sin embargo, a posteriori, a mediados del mes de julio, hubo un nuevo encuentro en el domicilio de él en cuyo transcurso invitó a la menor a subirse a horcajadas sobre él, llegando a introducir parcialmente el pene en la parte inicial de la vagina aunque sin llegar a desgarrar el himen y sin que ella sangrara.
A finales del mes de julio la menor decidió poner fin a la relación y su familia empezó a notar un cambio importante en su comportamiento, ya que estaba más triste y apagada y en ocasiones no comía.
INCONSCIENTE TRAS TOMAR AGUA
Ante ello, sus padres y una tía se reunieron con la niña y ésta terminó por contar que el día 24 de julio un varón de 19 años al que conocía de vista le había ofrecido una botella de agua y como ella tenía sed bebió, notándose seguidamente mareada y con sueño. Aseguró que despertó desnuda y con su ropa en el suelo, en un domicilio desconocido, sin decir más a sus familiares.
En la exploración en el hospital se observó que los genitales externos eran normales, la vulva y los labios mayores no presentaban lesiones, el himen estaba íntegro y no se observaron laceraciones ni escarificaciones en la región perianal, sin que tampoco se observaran lesiones a nivel de la región genital.
En vista de que la menor no facilitaba datos del sujeto que según su relato le había dado la botella de agua, los padres decidieron no presentar denuncia por estos hechos a la espera de ver si ella acababa contando algo más, si bien meses después, ya en septiembre, se interpuso denuncia ante el cuartel de la Guardia Civil.
El relato de los hechos lo variaría más tarde la menor al identificar al ahora condenado y explicar que habían comenzado a salir a mediados del mes de junio y con el que había mantenido una relación.
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