MADRID, 13 (SERVIMEDIA)
El Defensor del Pueblo visitó el pasado año 72 lugares de privación de libertad, de corta (calabozos), media (centros de extranjeros) y larga duración (prisiones, centros de menores y sanitarios) en 14 comunidades autónomas y 24 provincias. Además, se realizaron siete actuaciones no presenciales.
Así lo expuso este martes el defensor del Pueblo, Ángel Gabilondo en el Congreso, durante la presentación en la Comisión Mixta de Relaciones con el Defensor del Pueblo del informe anual que la institución elabora en su condición de Mecanismo Nacional de Prevención de la Tortura y otros Tratos o Penas Crueles, Inhumanas y Degradantes (MNP), correspondiente al año 2021.
Todas estas visitas dieron lugar a 899 resoluciones dirigidas a diferentes administraciones. En concreto, se formularon 255 recomendaciones, 618 sugerencias y 26 recordatorios de deberes legales.
En su exposición, el Defensor resaltó que el objetivo del mecanismo, en su labor preventiva, es “minimizar” al máximo el riesgo de que se produzcan tortura o malos tratos en los centros de privación de libertad.
“Con nuestro trabajo debemos facilitar la interlocución con los lugares de privación de libertad, de modo que vean al Mecanismo Nacional de Prevención como una fuente de referencia más que como un supervisor ocasional de sus instalaciones y procedimientos, logrando así instaurar una amplia cultura de transparencia en todos los poderes públicos que facilite la verificación de sus actividades en un campo tan delicado y exigente como es este”, apuntó Ángel Gabilondo.
El defensor del Pueblo insistió en que son las personas privadas de libertad “quienes se encuentran en el centro de estos informes y en el trabajo que realizamos. Es en ellas y en su situación donde debe quedar verdaderamente reflejada la labor de esta institución”.
Gabilondo también remarcó que “es bueno tener conciencia de que la mera existencia del MNP es ya un indicador cualificado de que nos encontramos en una sociedad comprometida con la prohibición de la tortura y otros malos tratos”.
Así, el defensor del Pueblo afirmó que para una sociedad avanzada es un deber y un privilegio disponer de un mecanismo especializado que se adentre hasta los últimos ámbitos de los lugares de privación de libertad y escuche en ellos a las personas privadas de libertad.
En este sentido, Gabilondo ha puesto en valor el trabajo realizado por el mecanismo y destacó que sus visitas muestran “una realidad muchas veces velada y que no siempre es fácil de explicitar”.
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