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Una guía contra el suicidio en CyL aboga por visibilizar un problema de salud pública que es posible prevenir

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El manual, de 58 páginas, se centra en la detección precoz de este tipo de conductas desde la infancia

VALLADOLID, 13 (EUROPA PRESS)

Una ‘Guía de Prevención del Suicidio’, de la que se han editado 3.000 ejemplares en Castilla y León, será puesta a disposición de profesionales del movimiento asociativo Salud Mental, el ámbito educativo y el tercer sector con el fin prevenir y visibilizar un “problema de salud pública” que en 2020 se cobró en la Comunidad la vida de un total de 228 personas.

El documento, de 58 páginas, recoge un protocolo especializado de atención a la conducta suicida cuyos objetivos más concretos son “la detección precoz de las ideaciones e intenciones suicidas; la prevención de las conductas que ayude a disminuir las tasas de suicidio; aumentar la protección de las personas con elevado riesgo de suicidio, como son las personas con problemas de salud mental o la población joven; y garantizar la mejor respuesta ante un intento de suicidio mediante el establecimiento de protocolos de actuación, entre otros objetivos”, ha explicado la presidenta de la Federación Salud Mental Castilla y León, Elena Briongos.

Tanto ella como el consejero de Sanidad, Alejandro Vázquez, junto con los autores del trabajo, Natalia Briongos y Marcos Gómez, pertenecientes a la asociación ASOVICA Salud Mental Soria, han incidido en la necesidad de no silenciar sino de hablar de un problema que durante mucho tiempo ha sido considerado como un estigma y un tabú.

“Hablar de ello siempre ha supuesto vergüenzas y miedos. Hablamos de un problema que en 2020 se tradujo en España en 4.000 muertes, de ellas 228 en Castilla y León, lo que convierte al suicidio en la segunda causa de muerte entre los 40 y 59 años, un problema que triplica el número de fallecidos en accidente de tráfico”, ha recordado Elena Briongos, quien resume la finalidad de la guía en “ampliar el conocimiento de la conducta suicida y dar respuesta a ese sufrimiento que se esconde tras ella”.

FALTAN PSICÓLOGOS CLÍNICOS

Para el consejero de Sanidad, dicha estadística “justifica abordar el suicidio como una prioridad, como un problema de salud pública, y por ello esta guía es un acierto por el momento y el contenido. Una sola vida perdida por suicidio es demasiado”, ha lamentado, al tiempo que ha recordado que su departamento trabaja de forma conjunta con la Consejería de Educación en cuanto a la prevención de conductas suicidas en la población infanto juvenil, sin olvidar la necesidad de solventar el problema de la falta de plazas de psicólogos clínicos.

Durante la presentación han participado igualmente dos de los psicólogos de la entidad ASOVICA Salud Mental Soria, Natalia Briongos Hernández y Marcos Gómez Romero, integrantes del equipo de profesionales que ha redactado este texto.

La primera de ellas, ha subrayado la importancia de detectar “señales de alarma, tanto verbales como no verbales, de conductas suicidas, desde frases del tipo “no valgo para nada”, “no merece la pena seguir”…hasta cambios repentinos de conducta, regalar objetos muy personales, arreglar asuntos personales pendientes, mostrar un comportamiento retraído, cambios en la alimentación o hábitos del sueño, entre otros.

LOS CASOS SALEN MÁS A LA LUZ

Por su parte, Marcos Gómez ha destacado también la incidencia de conductas suicidas en la población infanto juvenil, en el tramo de 15 a 24 años. “No sé si hay más casos que antes, pero lo que sí salen más a la luz pública”, explica el profesional, quien apunta que el 90 por ciento de las personas con deseos autolíticos sufre problemas mentales pero otros muchos pueden llegar a ese extremo ante situaciones de acoso, bullyng, maltrato físico, agresión sexual o soledad.

Igualmente, Gómez ha aprovechado para tratar de desmontar ciertos mitos que giran alrededor de este fenómeno, como que hablar del suicidio invita a las personas a consumarlo, “pues hablar de ello contribuye a prevenirlo y evitarlo”; que aquellos que lo intentan no persiguen otra cosa que llamar la atención, o que si alguien se quiere suicidar, no hay nada que hacer.

Ante ello, ambos profesionales han subrayado la importancia de acercar un protocolo profesional y consensuado “en cuanto a la metodología de intervención en conductas autolíticas dentro del movimiento asociativo, donde se trabaja cada día con situaciones de riesgo entre el segmento de población con la mayor incidencia de suicidios”.

Pero también consideran que el documento puede ser referente, especialmente el contenido de la primera parte de la guía, para que profesionales de otros ámbitos del tercer sector, incluso del ámbito educativo, puedan elaborar sus propios protocolos de actuación.

Otro de los datos a tener en cuenta es que aunque las mujeres realizan mayores intentos autolíticos, la tasa de suicidio en hombres es 3,1 veces mayor; no obstante, no hay que descuidar los intentos, ya que los estudios hablan de que un tercio de ellos termina por consumarse en el período de un año.


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