MADRID, 13 (SERVIMEDIA)
La Policía Nacional ha desarticulado una trama que estafó a clientes de un banco con una web falsa bien posicionada en Internet y en la que algunos usuarios llegaron a introducir sus claves, lo que permitió que los delincuentes accedieran a las cuentas.
Según informó este martes la Policía, en esta operación han sido detenidas 45 personas en Madrid, Barcelona, Valencia, Murcia y Cartagena acusadas de pertenencia a organización criminal, falsedad documental, usurpación de identidad y estafa informática.
Los delincuentes, mediante este método de estafa conocido como ‘vishing’, consiguieron defraudar cerca de 600.000 euros a únicamente nueve víctimas que se encontraban en diferentes provincias del territorio nacional
Se han realizado dos registros domiciliarios en Cartagena, donde se han intervenido entre otras cosas documentación falsa, una impresora para la falsificación de documentos y tarjetas de crédito.
POSICIONADOS EN INTERNET
La operación se produjo después de que la Policía detectara dos web fraudulentas que suplantaban a una entidad bancaria. Tras una rápida actuación por parte de los agentes, se pudo bloquear las citadas páginas evitando así la existencia de numerosas víctimas.
Sin embargo, en el tiempo que estuvieron activas estas direcciones de Internet los arrestados consiguieron los datos de nueve clientes de dicha entidad bancaria, con lo que lograron estafarles más de medio millón de euros, mediante el vaciado de sus cuentas y la contratación de préstamos personales inmediatos.
El modus operandi llevado a cabo por los cibercriminales consistía en la creación de páginas fraudulentas bien posicionadas mediante pago suplantando la de un banco. De esta forma, cuando una víctima buscaba en la red el portal de acceso a la banca online de su entidad, le aparecía como primera opción el enlace creado por los estafadores, el cual les redirigía a una página web monitorizada por ellos mismos.
Una vez que las víctimas introducían sus datos personales de acceso a la banca online, éstos quedaban a disposición de los criminales. A continuación, los ciberestafadores accedían a la banca online de las víctimas y recopilaban sus datos personales y número de teléfono y acudían a una tienda física para solicitar un duplicado de la tarjeta SIM bajo cualquier excusa de robo o pérdida, consiguiendo de este modo tener acceso sobre la línea telefónica de la víctima, lo que se conoce como ‘SIM swapping’.
Con ello, los delincuentes accedían a la banca online de las víctimas nuevamente y ordenaban trasferencias a favor de terceros (mulas del entramado criminal). También solicitaban microcréditos de concesión inmediata para seguidamente desviar todos los fondos de la cuenta bancaria, operaciones validadas a través de las líneas telefónicas que controlaban.
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