MADRID, 13 (SERVIMEDIA)
Los medicamentos antiangiogénicos aplicados directamente en el interior del ojo a través de inyecciones intravítreas permiten frenar la evolución de la Degeneración Macular Asociada a la Edad (DMAE) en un 90% de los pacientes, según lo confirmó este martes el Instituto Oftalmológico Gómez-Ulla.
Con motivo de la puesta en marcha esta semana de una Campaña de Prevención de la DMAE, el Instituto Oftalmológico Gómez-Ulla busca dar a conocer esta enfermedad ocular, así como sus síntomas de inicio para combatir la ceguera legal a la que conduce si no se trata a tiempo.
A este respecto, el especialista en mácula, retina y vítreo de este instituto, el doctor Maximino Abraldes, explicó que “la DMAE es una enfermedad degenerativa que afecta a la zona central de la retina denominada mácula lo que causa la pérdida de la visión central. Es muy común en personas por encima de los 55 años, aumentando su incidencia con la edad, de ahí que sea la principal causa de ceguera legal en los países desarrollados por encima de esta edad”.
Para evitar que los efectos que la DMAE provoca sobre la visión sean irreversibles es fundamental detectar de forma precoz la enfermedad, además de ser imprescindible que el paciente mantenga un tratamiento continuado en el tiempo acudiendo a todas sus citas para un seguimiento exhaustivo.
TIPOS DE DMAE
Existen dos tipos de DMAE: la DMAE húmeda, que es la más agresiva por la aparición de vasos anómalos que provocan una progresión rápida con pérdida de visión en la mayoría de los casos, y la DMAE seca, que es menos agresiva, pero produce una disminución progresiva e irreversible de la visión a lo largo de los años.
Para la forma húmeda, acaba de autorizarse en España la comercialización de ‘brolucizumab’, un tratamiento de última generación que permite que los pacientes con DMAE húmeda se traten en intervalos de aplicación de las dosis más largos, de hasta tres meses. Además, un segundo medicamento, ‘faricimab’, se encuentra ya en fase de aprobación por parte de la Agencia Europea del Medicamento.
A ello se suma también un nuevo implante transconjuntival que se coloca en el ojo a través de la esclera y que actúa como reservorio liberando el tratamiento de forma progresiva y sostenida en el tiempo según las necesidades de cada paciente.
Tras su colocación a través de una intervención ambulatoria, el paciente solo deberá acudir a la consulta dos veces al año para que el especialista pueda proceder a la recarga del dispositivo.
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