MADRID, 1 (EUROPA PRESS)
Un total de 3,6 millones de niños y niñas ucranianos corren el riesgo de no poder volver a clase este curso y de perder años de educación debido a la guerra, según ha alertado la organización internacional de ayuda World Vision.
“Muchos niños y niñas siguen sufriendo el trauma de la guerra. Son testigos de la violencia, dejan atrás sus vidas, sus casas, juguetes, ropa y a sus seres queridos cuando los combates llegan a sus pueblos y ciudades. Una educación segura y coherente debería ser algo que les sirviera de base para centrarse en ella y proporcionarles una sensación de estabilidad. Pero hay una serie de factores que pueden dificultar o hacer enormemente estresante la obtención de una educación adecuada”, ha explicado la coordinadora de comunicación de World Vision, Eloisa Molina.
La ONG pone el ejemplo de Stefan, un niño de 13 años que huyó con su madre y su abuela a Rumanía y tras sufrir el trauma de huir de la violencia y la incertidumbre, se encuentra en un nuevo país donde su familia no conoce el idioma y está separado de su comunidad.
A medida que se acerca el año académico quieren volver a Ucrania pues el menor añora su antigua escuela, sus antiguos profesores y sus viejos amigos. Además, tiene dificultades emocionales y mentales porque echa de menos su antigua vida y a su padre, que sigue allí luchando; y no quiere empezar en una nueva escuela donde es un “refugiado” y no habla el idioma.
“Muchos menores como Stefan no van a empezar la escuela porque aún no han sido inscritos ya que las familias tienen la esperanza de poder volver a casa pronto. Incluso si pudieran volver a Ucrania, no hay garantía de que las escuelas no hayan sido destruidas por los combates, ni que tengan un refugio antibombas adecuado o acceso a la calefacción, ni dinero para pagar el combustible”, ha precisado Molina.
Ante esta situación y tras seis meses de conflicto, la ONG hace un llamamiento a los gobiernos de acogida e internacionales para que proporcionen o soliciten una modificación educativa para facilitar la incorporación de los niños y niñas ucranianos a la educación local, lo que puede incluir el asesoramiento, las clases en ucraniano o la satisfacción de necesidades especiales.
Asimismo, propone que se tengan en cuenta las necesidades de los menores de forma holística y se les proporcione apoyo en materia de salud mental para que tengan un buen rendimiento escolar y prosperen.
Igualmente, sugieren abogar ante las autoridades educativas de los países de acogida y de Ucrania para pedirles que trabajen juntos para proporcionar una educación adecuada a los niños refugiados.
“World Vision está haciendo todo lo que puede para afrontar estos retos de acceso a la educación, salud mental y emocional e integración en los sistemas y estructuras de la comunidad de acogida, pero es necesario redirigir la financiación para llegar a todos los niños y niñas que corren el riesgo de perder la educación”, ha puntualizado la directora de respuesta de World Vision a la crisis de Ucrania, Jennifer Neelsen.
Según indica World Vision, citando datos del Ministerio de Educación de Ucrania, unos 2.300 centros educativos se han visto afectados por las hostilidades, 286 de los cuales han sido destruidos. Una de cada diez escuelas e instalaciones de aprendizaje (3.500 de 31.347) no están disponibles para actividades educativas.
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