MADRID, 01 (SERVIMEDIA)
La Alhambra de Granada vuelve a tener en su lugar original desde este jueves el arrocabe de las Torres de las Damas que fue donado por la familia del escritor estadounidense Richard Ford en 2020 y que se creía perdido desde hace casi dos siglos.
La maniobra de colocación fue supervisada por el consejero de Turismo, Cultura y Deporte de la Junta de Andalucía, Arturo Bernal, y la directora general del Patronato de la Alhambra y Generalife, Rocío Díaz, según informó el Gobierno autonómico andaluz.
La pieza es uno de los frisos en armadura ataujerada nazaríes “más antiguos que se conservan”, tal y como atestiguó Arturo Bernal, y su reintegración en su lugar permite dar carpetazo a un “capítulo importante de la historia de la Alhambra” tras un proceso de restauración que se inició con su recuperación y posterior diagnóstico.
El arrocabe tiene 2,25 metros de largo y forma parte del Palacio del Partal, una de las estructuras palatinas más importantes del conjunto monumental y del arte nazarí.
Para su restauración, el Patronato de la Alhambra y Generalife llevó a cabo una serie de estudios previos junto a la técnica de datación del carbono 14, que corroboraron la originalidad del fragmento y permitió definir la técnica y materiales adecuados que se debían utilizar durante la intervención.
Por su parte, Rocío Díaz detalló que las actuaciones se han realizado “bajo un criterio estrictamente conservativo” que ha incluido tratamiento de biocida preventivo, limpieza mecánica y química y eliminación del repinte y otros elementos de madera de antiguas reparaciones incorrectas o añadidos.
El fragmento instalado, datado entre 1298-1404, es una tabla decorativa a modo de friso continuo tallado en madera con dos niveles, denominado arrocabe ar-rukkab que en árabe significa ‘los montantes’. El nivel superior del friso es de mocárabes sobre columnillas que sirven de arranque a cuerpos prismáticos que parten de cartelas con el lema dinástico nazarí. El cuerpo inferior presenta una cenefa de rosetas tetrapétalas que compartimentan una sucesión de arcos lobulados con epigrafía cúfica interior repetida en espejo.
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