ALBARRACÍN (TERUEL), 31 (EUROPA PRESS)
El Centro de Restauración de la Fundación Santa María de Albarracín ha recuperado un pequeño altar portátil perteneciente a la ermita del Cristo de Loreto, en la localidad de Lidón.
La pieza se había perdido en la Guerra Civil y ha vuelto a su lugar de origen tras dos meses de restauración. Se trata de un altar portátil del siglo XVII que se compone de una caja de madera rectangular terminada con forma de templete alrededor de un metro de altura, con dos puertas cuyo interior está decorado con motivos vegetales y un Cristo crucificado.
Los altares portátiles formaban parte del ajuar litúrgico de obispos y abades y recibían una bendición especial para poder celebrar la eucaristía en cualquier lugar, fuese en las romerías de camino a las ermitas o incluso en las batallas. Su uso estaba relacionado con la vida misionera y los frecuentes viajes del alto clero para administrar las propiedades eclesiásticas.
Esta pieza, que podría clasificarse como barroca, se encontraba en un deficiente estado de conservación ya que tenía repintes de distinta índole y época que no permitían apreciar la buena lectura del conjunto. Además, presentaba acumulación superficial de polvo y suciedad, así como ataque y excrementos de insectos, pérdidas y desgastes.
RESTAURACIÓN
El proceso de restauración se ha desarrollado en distintas fases: en primer lugar, se sometió a un tratamiento de anoxia y cuarentena, aplicando mata carcoma y envolviendo la pieza en plástico para eliminar oxígeno y los posibles xilófagos.
Posteriormente, en la limpieza, se ha dado prioridad a la aspiración y limpieza superficial, combinada con procedimientos químicos y mecánicos para eliminar cualquier tipo de suciedad más profunda.
A continuación, se ha procedido a la eliminación de repintes y aislamiento del original, para proceder a la reconstrucción volumétrica de elementos faltantes con resina bicomponente para madera y estucado para la nivelación de lagunas.
Durante la fase de acabado, se ha protegido toda la obra con cera micro cristalina en el exterior del altar y barniz satinado para la escultura. Todo el trabajo de restauración ha sido promovido por el Ayuntamiento de Lidón, con el encargo al Centro de Restauración de la Fundación Santa María de Albarracín.
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