ROMA, 30 (EUROPA PRESS)
El Papa ha pedido a los cardenales que se alejen de la “falsa seguridad” que otorga la creencia de que están colocados en los “grados eminentes de la jerarquía” eclesial, durante la misa con la que ha cerrado dos días de reuniones de primer nivel en el Vaticano.
“El estupor es una vía de salvación. Que Dios lo conserve siempre vivo en nosotros, porque eso nos libera de la tentación de sentirnos ‘a la altura’, de alimentar la falsa seguridad de que la situación actual es en realidad distinta a la de aquellos comienzos, y de que hoy la Iglesia es grande, es sólida, y nosotros estamos colocados en los grados eminentes de su jerarquía”, ha asegurado el pontífice.
No obstante, ha dejado claro que hay “algo de cierto” en este presupuesto, pero ha incidido en el “engaño” que acaba por “mundanizar a los seguidores de Cristo y hacerlos inocuos”.
Francisco ha celebrado una misa en la basílica de San Pedro ante los 197 cardenales que han viajado al Vaticano para discutir a puerta cerrada y, por tanto, sin periodistas la aplicación de la constitución apostólica ‘Predicad el Evangelio’ que entró en vigor el pasado 5 de junio.
El Papa ha señalado que es “la Palabra de Dios” la que despierta el estupor “de estar en la Iglesia, de ser Iglesia” y la que hace “atrayente” la Iglesia para la “comunidad de los creyentes”; “en primer lugar para ellos mismos y después para todos los demás: el doble misterio de ser bendecidos en Cristo y de ir con Cristo por el mundo”.
Para el pontífice, tal estupor “no disminuye en nosotros con el pasar de los años, no decae con el aumento de nuestras responsabilidades en la Iglesia. Gracias a Dios no. Se refuerza, se profundiza”. “Estoy seguro de que es así también para ustedes, queridos hermanos, que han entrado a formar parte del Colegio de los Cardenales”, ha asegurado ante los purpurados.
El pontífice ha citado en su homilía a Pablo VI, el Papa que impulsó el concilio Vaticano II y que hizo cardenales a Karol Wojtyla (1967) y Joseph Ratzinger (1977), sus dos sucesores: “Debemos estar muy agradecidos, que ha sabido transmitirnos ese amor por la Iglesia, un amor que es ante todo gratitud, maravilla agradecida por su misterio y por el don no sólo de habernos admitido, sino de habernos implicado, hecho partícipes, es más, de hacernos corresponsables”.
Francisco había convocado al Vaticano a los 226 purpurados que componen el colegio cardenalicio, aunque al final solo se han presentado 197. Del total esos, solo 132 son electores y provienen de 69 países. Muchos, como el cardenal Leopoldo Brenes, de Nicaragua, no han podido asistir, en su caso por la crisis política que atraviesa su país. Otros no han podido estar presentes por razones de edad o por motivos de salud.
La oficina de prensa del Vaticano ha asegurado en un comunicado que en la cuarta y última reunión que arrancó el lunes por la mañana se ha desarrollado el trabajo en grupos lingüísticos dando paso a “los debates en la sala plenaria” lo que ha permitido una “libre discusión” sobre muchos aspectos relacionados con la nueva constitución apostólica Praedicate Evangelium y con la vida de la Iglesia.
En la última sesión de esta tarde, el arzobispo Rino Fisichella, presidente del dicasterio vaticano que organiza el próximo Año Santo en 2025, ha explicado a los cardenales reunidos cómo van los preparativos
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