El predicador ha sido acusado por las autoridades francesas de lanzar un discurso de antisemitismo y misoginia
MADRID, 28 (EUROPA PRESS)
El portavoz del Gobierno francés, Olivier Véran, ha expresado este domingo su deseo de que el Consejo de Estado, el máximo tribunal administrativo del país, admita la orden de expulsión contra el imán Hasán Iquioussen, acusado por las autoridades de diseminar un discurso antisemita y misógino.
El Tribunal Administrativo de París suspendió a principios de mes la expulsión a Marruecos del imán por “alentar a la violencia, al odio y a la discriminación”, en un caso que pone de manifiesto la tensión entre la nueva política del Gobierno francés que endurece la supervisión sobre las comunidades islámicas del país.
La corte indicó que la expulsión del imán, que mantiene supuestos vínculos con Hermanos Musulmanes, una de las organizaciones islámicas más numerosas del mundo, supondría una “injerencia desproporcionada” en su ” vida privada y familiar”, según una decisión recogida por ‘Le Monde’, que rebatió una decisión adoptada por el ministro del Interior, Gérald Darmanin, aprobada incluso por el Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH) y que Marruecos había aceptado en principio.
Véran ha manifestado que una decisión del Consejo de Estado contra la expulsión del imán “sería una muy mala señal”, porque hay que ser “absolutamente intransigentes con los radicales”, ha hecho saber en declaraciones recogidas por BFMTV. El Consejo de Estado tiene previsto emitir su decisión a principios de la semana que viene.
“Sin ánimo de juzgar y comentar, menos aún anticipadamente, una decisión judicial, me parece los franceses no entenderían que un imán que hace comentarios así, y que tanto odia a la República, conserva su lugar en este país”, ha declarado.
El imán es una de las figuras religiosas más seguidas por la comunidad musulmana de Francia, con más de 170.000 suscriptores en su canal de YouTube y casi 43.000 en Facebook.
El presidente de Francia, Emmanuel Macron, anunció en 2020 un nuevo plan contra el “separatismo islámico” en el país, del que se señaló como directo responsable, y por el que introdujo una ampliación de la prohibición del uso del pañuelo, el endurecimiento de los controles sobre las asociaciones musulmanes y modificaciones en el sistema escolar y de formación islámica.
Macron, entre otras medidas adicionales, también planteó una nueva política de formación de imanes musulmanes en Francia hasta 2024, con certificación incluida por parte del Consejo francés para el culto musulmán.
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