HUELVA, 26 (EUROPA PRESS)
La Asociación Alcores, que este viernes cumple su vigésimo aniversario, ha indicado que en lo que va de año 2022, un total de 138 familias acogen a 182 menores en la provincia de Huelva. Asimismo, han señalado que en estos 20 años más de 900 menores han sido atendidos en sus diferentes programas.
Esta asociación sin ánimo de lucro nació en 2002 y está destinada a trabajar por “el bienestar” de los niños, “atendiendo a la infancia más desprotegida”. Alcores empezó su recorrido con tres técnicos en su plantilla y en la actualidad cuenta con un equipo interdisciplinar formado por 30 técnicos, entre los cuales se encuentran: psicólogos, trabajadores Sociales, educadores o un abogado, según ha indicado en una nota de prensa.
Asimismo, cuenta con dos programas subvencionados por la Consejería de Inclusión Social, Juventud, Familias e Igualdad, como son: El Programa de Acogimiento Residencial de Menores (Centros de Protección) y el Servicio de Apoyo al Acogimiento Familiar de Menores (Familias de Acogida).
Así, han explicado que en la provincia hay niños que, de forma temporal y a veces urgente, tienen que salir de su hogar porque “se encuentran en una situación de desprotección y riesgo para su desarrollo adecuado, para acudir a otro recurso más estable de protección”.
“Los niños y adolescentes que han sido separados de su padre, madre o persona cuidadora principal han padecido situaciones de negligencia, malos tratos u otras circunstancias dolorosas y traumáticas. La mayoría presentan unas especiales necesidades que se pueden reflejar en su capacidad para establecer relaciones afectivas, para mantener relaciones sociales o manejar sus emociones”, han señalado.
Asimismo, han destacado que estos niños “también tienen muchas potencialidades y fortalezas” y que “en muchas ocasiones han aprendido a sobrevivir, han conseguido superar múltiples obstáculos en sus cortas vidas y se han adaptado como mejor han podido a un entorno difícil”.
Dentro del Programa de Acogimiento Residencial, los centros de protección constituyen espacios donde se atiende a estos menores, “prevaleciendo la calidad técnica y la calidez humana”. El acogimiento residencial constituye una alternativa “válida”, que “se utilizará sólo cuando resulte más beneficiosa para el menor, por sus condiciones personales”, han apuntado antes de añadir que “a lo largo de estos años, cada vez es menor el perfil de niños menores de 7 años en centros, fomentando el acogimiento familiar de menores para esa franja de edad”.
Con respecto al Servicio de Apoyo al Acogimiento Familiar de Menores, han destacado que existen “muchas familias dispuestas a cuidar y atender a niños en situación de desamparo con edades hasta los seis años”, pero que, “sin embargo, hay una gran dificultad para encontrar familias para menores a partir de siete años, grupos de hermanos, menores con problemas de salud, problemas emocionales o algún tipo de discapacidad física, psíquica o sensorial”.
MODALIDADES DE ACOGIMIENTO
En cuando a las modalidades de acogimiento en Andalucía, Alcores ha señalado que existen tres, el acogimiento familiar de urgencia, el acogimiento familiar temporal y el acogimiento familiar permanente.
En cuanto al de urgencia, este se utiliza cuando se debe intervenir de forma “urgente e inmediata” con menores, sobre todo en edades comprendidas entre cero y siete años, que no pueden permanecer más tiempo con su familia biológica. Así, “gracias a las familias acogedoras de urgencia se puede evitar su ingreso en centros de protección, dándoles a cambio un hogar y una familia que les cuidará y protegerá durante un breve tiempo”.
Para ser familia acogedora de urgencia, al menos una de las personas cuidadoras principales deberá tener disponibilidad para atender las necesidades que presente la persona menor. Este acogimiento siempre es remunerado.
El temporal tiene carácter transitorio y se promoverá cuando, existiendo una situación de crisis en la familia del menor, se prevea su reintegración familiar o en tanto se decide una medida más estable, como el acogimiento familiar permanente o la adopción. Tendrá una duración máxima de dos años.
El permanente se promoverá cuando “no existiendo reinserción adecuada del menor o la menor en su familia biológica”, las características y deseos personales o las específicas circunstancias de su situación aconsejan su integración estable y duradera en otra familia, sin creación de vínculos de filiación entre ellos.
Las familias que acogen, cuidan y atienden de forma estable a estos niños saben que conservar los lazos con sus familias biológicas (con uno o varios miembros) es positivo e importante para ellos. Aunque este acogimiento finaliza al llegar a la mayoría de edad, normalmente, los niños acogidos de manera permanente y estable continúan conviviendo de manera indefinida en el hogar.
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