MADRID, 24 (SERVIMEDIA)
Amnistía Internacional exigió este miércoles al Gobierno de Myanmar “justicia para las víctimas” y la depuración de responsabilidades de cara al “inminente quinto aniversario de la crisis rohinyá”, que ha dejado un millón de refugiados en la vecina Bangladesh.
El 25 de agosto de 2017, el ejército de Myanmar lanzó una serie de operaciones violentas contra la población rohinyá en el norte del Estado de Rajine, que se tradujo en graves crímenes de derecho internacional y en el incendio de pueblos enteros. Tales hechos obligaron a cientos de miles de personas a huir a Bangladesh.
Hasta el momento, “ni un solo oficial de alta graduación de las fuerzas armadas de Myanmar ha sido enjuiciado por la atroz campaña de violencia contra la población rohinyá”, denunció Ming Yu Hah, directora regional adjunta de Campañas de Amnistía Internacional.
Por ello, Amnistía expresó “su solidaridad con la población rohinyá que está en el Estado de Rajine y con el alrededor de un millón de personas refugiadas” que viven al otro lado de la frontera, en Bangladesh.
“Es esencial que haya una justicia real para poner fin a la espiral de impunidad que asola Myanmar desde hace muchos años”, declaró.
Amnistía agregó que cinco años después, la población rohinyá del Estado de Rajine aún carece de libertad de circulación y de otros derechos fundamentales, como acceso a alimentación, atención médica y educación adecuadas, problemas que agrava la creciente inseguridad consecuencia del golpe de Estado militar de 2021 en el país. Al otro lado de la frontera, en Bangladesh, la población refugiada rohinyá “vive en una situación incierta”, agregó.
Los refugiados no tienen ni la oportunidad de regresar sin riesgos a su hogar en Myanmar, ni un modo de vivir pacíficamente en Bangladesh, en cuyos campos para personas refugiadas la violencia va en aumento.
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