MADRID, 23 (SERVIMEDIA)
Las personas que tienen caras similares probablemente tienen un ADN similar, según un estudio realizado por 18 investigadores españoles.
“Nuestro estudio proporciona una visión poco común de la semejanza humana al mostrar que las personas con rostros extremadamente parecidos comparten genotipos comunes, mientras que son discordantes a nivel de epigenoma y microbioma”, apunta Manel Esteller, del Instituto de Investigación contra la Leucemia Josep Carreras.
El estudio está publicado este martes en la revista ‘Cell Reports’. La cantidad de personas identificadas en línea como gemelos o dobles virtuales que no están relacionados genéticamente ha aumentado debido a la expansión de Internet y la posibilidad de intercambiar imágenes de humanos en todo el planeta.
En el nuevo estudio, Esteller y su equipo se propusieron caracterizar molecularmente seres humanos aleatorios que objetivamente comparten rasgos faciales.
Para hacerlo, reunieron dobles humanos a partir del trabajo fotográfico de François Brunelle, un artista canadiense que ha obtenido imágenes de personas parecidas en todo el mundo desde 1999. Obtuvieron fotos de rostros de 32 parejas parecidas.
Los investigadores determinaron una medida objetiva de la semejanza de los pares utilizando tres algoritmos de reconocimiento facial diferentes.
Además, los participantes completaron un cuestionario biométrico y de estilo de vida integral y proporcionaron ADN de saliva para el análisis multiómico. “Este conjunto único de muestras nos ha permitido estudiar cómo la genómica, la epigenómica y la microbiómica pueden contribuir a la semejanza humana”, indica Esteller.
PESO Y ALTURA
En general, los resultados revelaron que estos individuos comparten genotipos similares, pero difieren en la metilación de su ADN y en el paisaje de su microbioma. La mitad de los pares similares fueron agrupados por los tres algoritmos. El análisis genético reveló que 9 de estos 16 pares se agruparon, según 19.277 polimorfismos comunes de un solo nucleótido.
Además, los rasgos físicos como el peso y la altura, así como los rasgos de comportamiento como el tabaquismo y la educación, se correlacionaron en personas con rostros parecidos.
En conjunto, los resultados sugieren que la variación genética compartida no solo se relaciona con una apariencia física similar, sino que también puede influir en los hábitos y comportamientos comunes.
“Proporcionamos una visión única de las características moleculares que potencialmente influyen en la construcción del rostro humano”, indica Esteller, quien añade: “Sugerimos que estos mismos determinantes se correlacionan con los atributos físicos y de comportamiento que constituyen a los seres humanos”.
Algunas limitaciones del estudio incluyen el pequeño tamaño de la muestra, el uso de imágenes 2D en blanco y negro y el predominio de participantes europeos. A pesar de estas advertencias, los hallazgos pueden proporcionar una base molecular para futuras aplicaciones en varios campos, como la biomedicina y la ciencia forense.
- Te recomendamos -