SEVILLA, 22 (EUROPA PRESS)
La Asociación Multisectorial de la Jardinería Andaluza (AMJA) ha formalizado la ampliación del recurso con el que reclamó el pasado 16 de agosto la suspensión de la licencia para la tala del ficus de San Jacinto, lo que, finalmente, derivó en la paralización temporal de la misma dictada por el juzgado de lo contencioso administrativo número 9 de Sevilla. Dicha ampliación, presentada en el juzgado el pasado viernes 19 de agosto, adjunta un escrito firmado por cuatro expertos en arboricultura en el que estos aseguran que, el análisis del árbol tras la tala de las ramas y tan solo quedar el tronco, “no nos deja dudas de su capacidad de reacción”. “A pesar de la importante reducción a que ha sido sometido, éste, por su carácter y capacidad, muy probablemente se vestirá de hoja y podrá seguir prestando sus servicios en el espacio en el que fue plantado hace más de cien años”, afirman.
Así se recoge en la documentación aportada al juez consultada por Europa Press en la que los cuatro expertos –Luis Alberto Díaz, Gerad Passola PArcerissa, Jesús Puerta Domingo y Alejandro Ruiz– sostienen que “a nivel basal no se observan afecciones que pudieran comprometer al ejemplar en un corto espacio de tiempo”. “Los contrafuertes –continúan tras aclaran que no se pudo realizar “un diagnóstico previo” a la tala con el que conocer el estado del ficus– que empoderan al mismo en el patio y las fuertes columnas que se seguían trenzando, multiplicando el reservorio y posibilitando anclajes adicionales, no nos dejan lugar a dudas de su capacidad de reacción”.
De no producirse “ninguna afección sospechosa”, las tareas de mantenimiento y protección como riegos “generosos en hondura y con frecuencias marcadas por la evolución metereológica”, entre otras medidas que ya han empezado a aplicar técnicos del servicio municipal de Parques y Jardines, “ayudarán mucho en la misión de hacer que este hito vivo siga viendo pasar generaciones”. En esta línea, los expertos de la asociación profesional AMJA insisten en que se debe contar con un equipo multidisciplinar que, “una vez estudiado el asunto, proponga las medidas correctoras que eviten posibles afecciones” y todo ello con la “esperanza en el buen trato al ejemplar y su segura recuperación para el barrio, la avifauna y la salud”.
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