MADRID, 9 (EUROPA PRESS)
Un estudio dirigido por la Universidad Estatal de Washington (Estados Unidos) ha evidenciado un descenso del 37 por ciento en los casos de intoxicación por cannabinoides sintéticos ilícitos, que son difíciles de detectar mediante las pruebas de drogas estándar, en los estados de EE.UU. donde está legalizado el uso recreativo del cannabis.
Los cannabinoides sintéticos, peligrosas drogas de diseño conocidas por nombres callejeros como K2, Spice o AK-47, parecen tener menos atractivo en los estados que han legalizado la forma natural del cannabis.
“Este estudio muestra algunos beneficios potenciales para la salud pública de la legalización y regulación del consumo de cannabis por parte de los adultos. Basándonos tanto en investigaciones anteriores como en este estudio actual, es evidente que los usuarios que tienen la opción de usar un producto menos tóxico potencialmente lo harían”, ha explicado Tracy Kleinautora principal del estudio, que se ha publicado en la revista científica ‘Journal of Clinical Toxicology’.
Los cannabinoides sintéticos no son realmente cannabis. Se llaman así porque actúan sobre los mismos receptores cannabinoides del cerebro que el componente psicoactivo de la planta de cannabis, el tetrahidrocannabinol o THC.
Sin embargo, los sintéticos ilícitos se unen a esos receptores hasta 100 veces más fuertemente y carecen de cualquiera de los componentes mediadores del cannabis de la planta entera, como el cannabidiol o CBD. En consecuencia, los cannabinoides sintéticos son muy tóxicos y pueden provocar graves trastornos, incluso la muerte.
Para este estudio, los investigadores analizaron los datos del Sistema Nacional de Datos de Envenenamiento de 2016 a 2019, antes del inicio de la pandemia. Observaron solo los estados que tenían políticas relativamente estables durante esos años, colocándolos en una de las tres categorías: permisiva como el estado de Washington, que permite el uso médico y recreativo del cannabis por parte de los adultos, médica como Hawái, que permite el cannabis solo para uso médico, o restrictiva como Idaho, que prohíbe casi todo el uso del cannabis.
En esta muestra, se produjeron 7.600 llamadas a informes de intoxicación relacionados con el consumo de cannabinoides sintéticos, de los cuales cerca del 65 por ciento requirieron atención médica. También hubo 61 muertes.
Los investigadores descubrieron que los casos de intoxicación relacionados con los sintéticos se redujeron en general durante este período de tiempo, pero hubo un 13 por ciento menos en los estados médicos y una caída mucho más significativa del 37 por ciento en los estados permisivos.
Aunque se han fabricado algunos cannabinoides sintéticos para uso médico, como el dronabinol y la nabilona, que se utilizan principalmente para tratar las náuseas asociadas al tratamiento del cáncer, las versiones ilícitas son ilegales en todos los estados y no tienen ninguna finalidad médica.
La aplicación de la ley puede ser difícil porque los fabricantes cambian sus fórmulas con frecuencia. Además, suelen pasar desapercibidas en los análisis de orina habituales, lo que puede ser una de las razones por las que la gente de los estados restrictivos las utiliza.
Según Klein, es necesario investigar en el futuro para comprender mejor el uso de estas drogas y las diferencias entre ellas. Señaló que el conjunto de datos del estudio no incluye la creciente popularidad del Delta-8 derivado sintéticamente, comercializado como una forma menos fuerte de Delta-9, que es el cannabinoide psicoactivo que se encuentra en los productos vegetales producidos de forma natural.
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