El Ayuntamiento pidió a los propietarios denunciar la ocupación del local del incendio
BARCELONA, 8 (EUROPA PRESS)
Un total de 21 ancianos siguen sin poder regresar a la residencia Mossèn Anton de Sant Adrià (Barcelona) tras el incendio que este domingo afectó a un bloque cercano y obligó a evacuar a residentes y vecinos.
En un comunicado este lunes, el Ayuntamiento ha informado de que se prevé que los ancianos puedan volver al centro este martes, tras pasar la noche del domingo al lunes en la residencia Matacàs de Sant Adrià.
Una treintena de familias que fueron desalojadas por el fuego han pasado la noche en casas de familiares o en hoteles, mientras que los vecinos de los edificios colindantes pudieron volver por la noche a sus casas.
A raíz del incendio, el Sistema d’Emergències Mèdiques (SEM) atendió a 58 personas por inhalación de humo y seis más fueron trasladadas al hospital: cinco de ellas ya han recibido el alta y la sexta permanece ingresada.
PISO OCUPADO
El local donde empezó el fuego estaba ocupado, algo de lo que el Ayuntamiento tuvo conocimiento durante la pandemia y que comunicó a los juzgados de Badalona (Barcelona) a través de la Policía Local.
El consistorio contactó con los propietarios del local para que se sumaran a la denuncia, “algo que no hicieron” y que, según subraya el Ayuntamiento, era necesario para que el juez pudiera ordenar el desalojo.
La alcaldesa de Sant Adrià, Filo Cañete, “recientemente” volvió a pedir a la Policía Local que contactara con los propietarios para que denunciaran la ocupación y se pudiera recuperar el uso del local, ha subrayado el consistorio.
El Ayuntamiento también ha destacado que los servicios sociales ofrecieron en “reiteradas ocasiones” ayuda a la persona que ocupaba el inmueble, y que ella la rechazó.
BLOQUE PRECINTADO
El bloque donde se originó el incendio sigue precintado este lunes: no hay suministros de agua, luz y electricidad y los desagües han sufrido daños graves por el fuego, que también ha dejado el primer y el segundo piso “muy deteriorados”.
Según la valoración inicial de los Bombers, el edificio no ha sufrido daños estructurales, a la espera del informe del perito de la comunidad de vecinos, pero habrá que desbrozar los bajos, apuntalar la primera planta y sustituir las cañerías.
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